miércoles, 20 de agosto de 2014

Por ser Antichvistas. Por: Franco Vielma


Estos casos no son para generalizar, pero seguramente hemos visto casos como estos a cada rato. El oposicionismo frenético de los popositores (si, porque sólo producen popó político), ha tenido mucho que ver con la exsacervación de miedos, angustias, y hasta de odios de clase entre una parte del país que se niega a pensar.
Aquí una pequeña entrega de mucho de lo que hemos visto, lamentablemente, en algunos de nuestros compatriotas.

.- Antes los pobres ni les iban ni les venían. Ahora, por ser antichavistas, los odian. Piensan que son una escoria social, "mantenidos y malvivientes".

.- Antes los cubanos eran para ellos los habitantes de un país caribeño. Solo eso. Ahora, por ser antichavistas, piensan que son los amos de Venezuela, una clase invasora, una gente a la cual hay que odiar y dirigirle la xenofobia y el racismo.

.- Antes, sabían que Israel era un país de por allá bien lejos y no sabían que era Palestina. Ahora, por ser antichavistas, legitíman, justifican y defienden el genocidio que comete Israel. Asumen que los palestinos mueren por culpa propia y que esas muertes "colaterales" de mujeres y niños es algo que no debe comentarse porque en Venezuela hay hampa y hay resentidos sociales matando.

.- Antes, un clase media tenia claro que si quería ser rico, o tenía que joderse trabajando, o tenía que ser amigo del gerente correcto del banco. Ahora, por ser antichavistas, asumen que el Gobierno tiene que arreglarles los problemas de su "no progreso", que hasta debe el Gobierno garantizarles su carro nuevo (así sea chino, por Dios). Que el Gobierno, "por andar manteniendo gente" no les patrocina sino mas bien "les impide" su vía rápida al nivel social que dicen merecer.

.- Antes, a muchos venezolanos nos gustaba la idea de que uno de nosotros, como nosotros, asumiera el liderazgo del país. Ahora, por ser antichavistas, muchos venezolanos denigran con clasismo la profesión de un "autobusero", aunque en toda familia haya un autobusero, taxista o vendedor de raspaos. La asocian con mediocridad. No se valora al que trabaja, sino a los que son ricos de cuna, porque dicen ahora que esos "si sirven para gobernarnos".

.- Antes, reunirse con amigos era compartir risas, anécdotas, vivir buenos momentos. Ahora, por ser antichavistas, el "circulo social" se compone de amigos antichavistas. Hablan, o mas bien, se quejan, durante horas, horas, y horas, de las culpas del Gobierno. Las risas se reducen a la burla a los chavistas y la negatividad y la mala vibra se prolongan. El pesimismo es el tema a conversar. Las anécdotas sobre amigos, se reducen en aquellos "amigos que se metieron a chavistas" que seguro son "unos chulos enchufados" y en lo pobres diablos que son. Reunirse con los panas es reunirse para concluir en la explicación de que “están mamando” y que es culpa de Maduro. Luego de cada reunión lo que les provoca es largarse del país. Pero luego se acuerdan de que no son la pepa del queso y se les pasa.

.- Antes, tener una novia era algo que se dejaba venir, que se dejaba fluir. Ahora, por ser antichavistas, solo hay probable compatibilidad con una pequeña porción del Registro Electoral Permanente. Una chavista puede resultar una "liberal feminista cansona" o en todo caso "una tipa que no sabe donde esta parada" o quizá "una enchufada".

.- Antes, si un comerciante robaba y si acaparaba, lo entendían como una acción particular de un estafador. Ahora, por ser antichavistas, asumen que tal acto obedece a “la mala gestión del Presidente”. Tienen una capacidad enorme de reducir la acción de Gobierno a eso.

.- Antes, la violencia era mala, y punto. Ahora, por ser antichavistas, asumen que la guarimba es "La Salida". Que los muertos son culpa del Gobierno, los tupamaros, los "Chabestias". Que los muertos son "necesarios" porque si no, no habrá "presión internacional que provoque la salida de Maduro”, o bien sea un “alzamiento militar".

.- Antes, no querían pelear por política. Ahora, por ser antichavistas, amenazan a familiares y amigos chavistas, diciéndoles por redes sociales que "cuando este Gobierno caiga se van a Joder" y que los chavistas tendremos que "escondernos debajo de las piedras".

.- Antes asumían que el precio de la gasolina era ridículamente bajo, que era una irresponsabilidad tal regalo. Ahora, por ser antichavistas, asumen que pagar un precio justo por la gasolina es un crimen que los matará de hambre. Creen que los convenios de Petrocaribe de combustible, son regalos que quiebran al país, cuando en realidad nunca han leído tales convenios y ni pueden probar que Venezuela regala ese petróleo. Si Capriles o ledezma dicen que esos “regalos petroleros” existen, existen, aunque nunca haya una prueba, copia de convenio o algo que vean ellos mismos en el Nazional o El Universal que lo respalde. Antes tenían mediana inteligencia. Ahora creen que un litro de gasolina vendido al ALBA bajo condiciones preferenciales de pago, pero a precio internacional, y pagado en dólares, va a quebrar a PDVSA. Lo más tétrico, es que asumen que nuestra gasolina, cuyo subsidio alcanza 12.800 millones de dolares al año, de la cual casi 20% se va de contrabando a Colombia sin pagar nada a PDVSA ni al fisco, cuyo valor es 0,090BS/Litro, menos de 1 centavo de dólar a Tasa Sicad I, 100 veces menos que un Bolibomba, no va a quebrar a PDVSA. ¡Genios!.

.- Antes eran personas alegres. Ahora, por ser antichavistas, viven amargados. Infelices. Piensan que los chavistas vivimos en una burbuja, un limbo absurdo y que no tenemos problemas o nada nos importa, solo porque no vivimos en un eterno llanto o frustración.

.- Antes, solían ser personas que proponían. Ahora, por ser antichavistas, todo lo que les rodea es un asco, todo lo critican, todo esta mal, nada sirve, nada los complace. Nada hacen para cambiar nada. Nada aportan.

.- Antes sabían de política. Sabían que la fuerza colectiva servía para cambiar las cosas. Ahora, por ser antichavistas, creen que su gran aporte al pais es ir a su trabajo y cobrar su sueldo. Los voluntariados y la labor social comunal es de chavistas. No les preocupa formar parte de un sector político cuyo único capital político son los errores del Gobierno o los males del país que son responsabilidad de todos. Un sector cuya única fuerza es el descontento, la negación, la negatividad y la eterna crítica.

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