Es común
escuchar en Venezuela referencias sobre la serpiente conocida
como “Coral” en los Andes venezolanos y en la zona alta de
Portuguesa. Lo particular del caso es que existen dos especies de
ésta serpiente: la Coral falsa o mansa, que utiliza un
camuflaje para librarse de sus depredadores y la Coral letal, capaz
de acabar con una mínima dosis de su veneno a cualquier otro ser.
Trataremos en adelante, de hacer una analogía con las llamadas “EPS”
y sus diferentes acepciones, las cuales en muchas instituciones y por
muchos dirigentes, con alta responsabilidad política, económica y
por ende ideológica, son utilizadas como si no existiera diferencia
alguna entre sí, y hasta guías teórico-prácticas para su creación
publican permanentemente, para “orientar” (o desorientar) los
procesos.
Nos
referimos entonces a las Empresas de Producción Social (EPS) y a las
Empresas de Propiedad Social (también EPS), encontrando en ambas
acepciones una falsa (o mansa) que utiliza también un camuflaje,
pero, para esconder el capitalismo, y otra letal -para el
capitalismo-, por su potencialidad transformadora, y que las
instituciones o dirigentes señalados anteriormente confunden, y no
necesariamente de manera ingenua.
Trataremos
de diferenciar la palabra Producción
y Propiedad
que representan en ambos casos con la letra “P” para cada tipo de
empresa, y que tienen una diferencia gigantesca entre sí desde el
punto de vista político, económico, ideológico y hasta filosófico,
éste último no lo tocaré, lo dejaría a quienes tienen un poco más
de experiencia y acumulación formativa sobre el área.
Comencemos
por entender qué es la Producción,
según el Diccionario de Economía Política;
es el proceso de creación de los bienes materiales necesarios para
la existencia y el desarrollo de la sociedad. La producción existe
en todas las etapas de desarrollo de la sociedad humana. Los hombres,
al crear los bienes materiales (medios de producción y artículos de
consumo), contraen determinados vínculos y relaciones para actuar
conjuntamente. Por este motivo, la
producción de los bienes materiales siempre es una producción
social.1
Nótese
que la última frase de la definición anterior está subrayada
intencionalmente, con el objeto de ayudar a comprender mejor el
segundo término a definir, que los dirigentes políticos e
instituciones obvian resueltamente para mantener y disfrazar el
reformismo que estimulan, reforzando el status quo y la lógica del
capital; además nos permite evidenciar la “innovación” de la
propuesta presentada, entendiendo así que la empresa polar también
pudieran ser llamada de producción social, por ser una empresa que
produce bienes materiales, dependiente del trabajo de millones de
trabajadores y trabajadoras, que no están vinculados directamente
con ella. Veamos unos ejemplos ilustrativos del caso: el campesino de
Sabaneta que siembra el maíz y se lo vende a la empresa para la
producción de la harina precocida, o el obrero de otra
nacionalidad que convierte el acero (que se produce en nuestro país)
en una máquina para el procesamiento de la harina y así, si
revisamos bien todo la cadena de producción simple de la harina
precocida podríamos concluir, que la empresa polar es entonces una
empresa de producción social.
Ahora
veamos el término Propiedad
del mismo diccionario de Economía Política, para seguir aclarando
nuestras ideas: Propiedad
es la apropiación de los bienes materiales creados en la producción.
La propiedad siempre se presenta bajo una forma históricamente
determinada; su contenido y forma dependen del modo dominante de
producción. Mientras que los científicos burgueses ven en la
propiedad tan sólo una relación entre los hombres y las cosas,
relación concebida como perpetua e inmutable, la teoría marxista –
leninista considera la producción como la relación fundamental de
producción entre los hombres, entre las clases sociales, relación
que se expresa en la que se da entre ellos y las cosas y se modifica
en consonancia con las cambiantes condiciones económico- sociales de
vida de la sociedad humana. 1
Es
importante tener una referencia conceptual de esta manera para
estudiar, comparar y develar las intenciones políticas, económicas
y/o ideológicas de las “EPS”, comprobando el significado de las
diferentes acepciones, la gran diferencia que existe entre ellas y
determinando así el engaño al que se somete al pueblo.
Vamos
ahora a revisar a Víctor Álvarez y Davgla Rodríguez, quienes nos
ofrecen una definición de las Empresas de Producción Social, en una
guía teórico- práctica (publicada por CANTV, como guía para la
creación de EPS’s -mansas-)
“Las
eps constituyen la célula fundamental del nuevo
modelo productivo.
Representan la base económica del socialismo del siglo XXI y son
portadoras de las nuevas
relaciones sociales de producción.
El tipo de propiedad que predomina en las eps no es privada ni
estatal, los medios de producción pertenecen a la comunidad o al
colectivo de trabajadores, su objetivo fundamental no es el lucro
individual si no la generación de empleos y de un creciente
excedente para invertirlo en la solución de los problemas del
entorno comunitario; el tipo de relación de producción está basado
en la solidaridad la cooperación y la complementariedad, y no la
competencia y la exclusión; el excedente no se distribuye como
ganancia capitalista sino que se destina a la inversión productiva y
al desarrollo social; la
relación del individuo con el trabajo es de compromiso social y
desarrollo integral, una relación de conciencia y no mercantil;
la economía, la producción, los recursos naturales y tecnológicos
están en función del desarrollo humano integral, del crecimiento
material, intelectual y espiritual de todas las personas; a los
trabajadores se les remunera según el trabajo aportados por cada
uno, en lugar de un miserable salario por su fuerza de trabajo; la
producción se lleva a cabo con un profundo respeto al pueblo a
través de la producción de bienes y servicios de buena calidad y
precios solidarios; y la relación con el ambiente es de armonía y
no de depredación.”
2
Ahondemos
ahora sobre las palabras subrayadas, en las cuales se encuentra el
camuflaje que esconde la lógica del capital, que hace de las
empresas de producción social -o corales mansas-, parte de una
lógica que sólo sirve para mantener intacta la dominación.
Nuevo
modelo productivo:
Pese a que la empresa de producción social no se plantea transferir
la propiedad de los medios de producción a toda la sociedad, aspira
transferir la propiedad de los medios a comunidades, colectivos o
grupos de trabajadores, manteniendo aún la propiedad privada, pero
ésta vez “colectivizada”. Sobre esto, ya nos enseñó el viejo
Marx, que
la propiedad “privada” (en cualquiera de sus formas) es el
producto, el resultado, la consecuencia necesaria del trabajo
enajenado, de la relación externa del obrero consigo misma. Que la
relación del obrero con el trabajo crea la relación del trabajo con
el capitalista
(sea un capitalista o una asociación de capitalistas; incluso un
propietario o asociación de ellos). Sin embargo, aún a pesar del
cándido esfuerzo, esto está destinado a que los propietarios sean
ahora un número más alto y que éstos dispongan sus ganancias y
beneficios para un sector o área determinada, por lo que termina
siendo más de lo mismo, más propietarios privados. Es un modelo tan
viejo como cualquier modelo productivo, donde la propiedad de los
medios de producción está en manos de algunos individuos, ya sea
una familia, una organización o una comunidad. Todo queda en pocas
manos.
Nuevas
relaciones sociales de producción:
Trataremos de identificar el problema con una explicación del
Profesor merideño Edgar Gutiérrez sobre éste tema;
“Para
vivir y reproducirnos, necesitamos trabajar. Las formas que adopta el
trabajo según el tiempo histórico en el que vivamos es lo que
denominamos “fuerzas productivas”. Sólo que estas no están
nunca aisladas, siempre establecen entre sí relaciones de diverso
tipo. Pero, el asunto es que las relaciones entre las personas se
hacen sociales en el momento en que los aspectos externos (objetivos)
se hacen más importante que los subjetivos, es decir cuando la
producción comienza a importar más que la persona misma y el sujeto
desaparece y se hace, simplemente, objeto. Por ello hablar de
relaciones de producción es hablar, ya, de una sociedad, gracias a
la propiedad, separada en clases sociales (esencialmente dos), donde
una de esas clases es propietaria (especialmente de los medios con
los que producimos: tierra, materias primas, máquinas y herramientas
y el trabajo) y otra -clase- que solo posee su capacidad para
trabajar. Los capitalistas no consideran el trabajo como un medio de
producción, sino como una forma de capital, pero sobre eso
hablaremos luego)” 3
Es por
esto que si los medios de producción no pasan a ser de toda la
sociedad, sino de un puñado de trabajadores o de un consejo comunal
en determinado espacio, lo que estaríamos consintiendo es un ascenso
de segunda mano a un determinado grupo de la sociedad, que se hace
dueño
de algunos medios de producción y que ahora en su nueva condición
de propietarios pasarían a comprar lo único que a otros les queda:
su fuerza
de trabajo.
Por lo que la relación con el trabajo no es de compromiso social ni
desarrollo integral o absoluto para el resto de la sociedad en
revolución, sino que permanece de fondo la lógica de compra y venta
de fuerza de trabajo, en la que una parte de los individuos no son
dueños de los medios y otros sí. Tampoco hay nada de nuevo aquí,
todo sigue siendo lo mismo aunque sea presentado en un empaque
novedoso y llamativo, para que el Pueblo organizado- que sí pudiera
cuestionar el funcionamiento del capital- bajo esta contradicción,
no logre profundizar la esencia del asunto.
Pero
revisemos el destino que le espera a éstas EPS -mansas-, revisando
lo que nos dice el maestro Marx:
“En
una sociedad cuya prosperidad crece, solo lo más ricos pueden aun
vivir del interés del dinero. Todos los demás están obligados, o
bien a emprender un negocio con su capital, o bien lanzarlo al
comercio. Con esto se hace también mayor la competencia entre los
capitales. La concentración de capitales se hace mayor, los
capitalistas grandes arruinan a los pequeños y una fracción de los
antiguos capitalistas se hunde en la clase de los obreros, que por
obra de esta aportación padece de nuevo la depresión del salario y
cae en una dependencia aun mayor de los pocos grandes capitalistas;
al disminuir el número de capitalistas, desaparece casi su
competencia respecto de los obreros, y como el número de estos se ha
multiplicado, la competencia entre ellos se hace tanto mayor, mas
antinatural y más violenta. Una parte de la clase obrera cae con
ello en la mendicidad o la inanición tan necesariamente como una
parte de los capitalistas medios caen en la clase obrera. Así, pues,
incluso en la situación más favorable para el obrero la
consecuencia necesaria para éste es exceso de trabajo y muerte
prematura, degradación a la condición de máquina, de esclavo del
capital que se acumula peligrosamente frente a él, renovada
competencia, muerte por inanición o mendicidad de una parte de los
obreros.” 4
Ya el
viejo Marx hace bastantes años nos señalaba el destino de todos los
obreros y de los pequeños empresarios, un destino que puede
compararse hoy en día con el de los pequeños productores agrupados
en las EPS (o mansas corales), como es el caso de alguna fabricadora
de textiles que se encargará de realizar uniformes para alguna
institución, o bien como el caso de alguna bloquera en el pueblo de
Chabasquén que vende bloques a sus vecinos en el barrio, al precio
de su competencia y explotan para producirlos a los mismos obreros
del barrio, y ahora con un “sueldo justo” consideran que se logra
una gran transformación social; o bien otro caso más, como el de la
empresa que hace un software y que recibió inducción calificada por
una institución de la Revolución, y que en adelante venderá sus
productos al estado o peor aún, a la misma institución que lo
formó. Por si fuera poco, los colocamos en la misma posición que
las grandes compañías chinas o de otras potencias, las cuales
cuentan con alto desarrollo de las fuerzas productivas, así como
alto desarrollo en sus medios de producción, y por si fuera poco,
entre China, Rusia e Irán -con quienes tenemos convenios- se
encuentra más de la mitad de la clase trabajadora explotada del
mundo; sólo en China está concentrada la mayor cantidad de mano de
obra (fuerza de trabajo) del planeta. Imaginemos estimados lectores,
una vez revisado los que nos dice el viejo Marx, ¿Qué esperanza
queda para éstas pequeñas y superfluas empresas de “producción
social” impulsadas por el Estado?...Como es de costumbre en
Venezuela, la esperanza de que la renta petrolera termine subsidiando
y oxigenando (inyectando dinero) a éste modelo fallido.
Ahora
bien, señalar todos los desvíos y las trampas de la
socialdemocracia es un trabajo difícil pero no suficiente, viene
ahora lo más complejo, que es el combate contra esos desvíos y la
conciencia egoísta que se desprende de estas aberraciones. Una vez
señalado el contrabando ideológico de los reformistas, en la
supuesta tesis de innovación económica y el avance hacia el
Socialismo del Siglo XXI a través de las EPS (mansas), tenemos que
hablar definitivamente de las EPS letales… ¿Por qué son letales
las Empresas de Propiedad
Social
(EPS)? ¿Qué consecuencias traen éstas para lograr herirle el
flanco definitivamente al sistema capitalista?
Para
la construcción del Socialismo importa la Propiedad Social (de toda
la sociedad), en tanto esta es generadora de Conciencia Social, o
mejor, en tanto es la única forma de propiedad que se puede
entrelazar con la Conciencia Social, con ella actuar, influirse
mutuamente. (Neftalí Reyes La Propiedad es la Manzana) 5
Una
Empresa de Propiedad Social (de toda la Sociedad o Propiedad de todo
el Pueblo) además de un sinfín de medidas revolucionarias más,
planifica
su producción y produce lo estrictamente necesario, de esta manera
trasciende el dilema de la acumulación per se; como empresa estará
administrada por el estado revolucionario que a su vez desde sus
organismos presupuestarios asignará partidas de funcionamiento. Así
mismo los excedentes generados por estas empresas de propiedad
social, serán centralizados y entonces el estado como ente
administrador, dispondrá de ellos para la inversión en beneficio de
la sociedad toda. Siendo una empresa administrada por el estado, su
relación con respecto a otras empresas consolidadas de otras ramas
de la producción, no se rige bajo el intercambio mercantil ni la
competencia, pues ellas forman un todo, en el que prevalece el
traspaso de sus productos, la cooperación, la cadena productiva y la
relación orgánica. Veamos un ejemplo: citemos el caso de la Empresa
Consolidada del Azúcar, que necesita una serie de productos
realizados en la Empresa Consolidada del Hierro, ésta última
simplemente traspasaría su producto a la primera, puesto que
teniendo el mismo régimen de propiedad (de toda la sociedad), en su
planificación toma en cuenta las necesidades a cubrir en las otras
empresas. De esta manera se le da un duro golpe al capital,
acorralando la lógica del mercado, al menos dentro de nuestras
empresas. Lo mismo podríamos hacer con la gran Empresa Consolidada
de Alimentos, veamos otro ejemplo; el Programa de Alimentación
Escolar (PAE) dependiente del Ministerio del Poder Popular para la
Educación, para lograr adquirir sus suministros, ya no tendría que
depender de productores, intermediarios o distribuidores privados en
su mayoría, sino que valiéndose de empresas de producción de
alimentos, impulsadas dentro del régimen de propiedad social y de
las empresas consolidadas en estos rubros, los productos pasarían
directamente al Ministerio de Educación para la administración y
funcionamiento del programa PAE de alimentación escolar; de esta
manera se logra vencer la lógica mercantil y dependiente,
planificando todo desde el estado revolucionario, para beneficio del
total de la sociedad.
Ahora
¿Dónde queda la conciencia bajo este régimen? o ¿Se trata sólo
de un subterfugio económico?...Pues bien, una vez que dentro de la
organización obrera, los trabajadores y el pueblo, entendamos el
nuevo régimen de propiedad de los medios de producción – hecho
sociedad- entenderemos que todo nuestro esfuerzo de trabajo, no va a
enriquecer a uno o a unos capitalistas que se aprovechan de nuestro
tiempo y vida, si no que toda ésta construcción, producción y
dedicación al trabajo, estará dirigido al desarrollo pleno de
toda la patria.
Sólo la
Propiedad Social administrada por el estado permite que la sociedad
comprenda la importancia de la economía, la dirija, la tome
para sí, y se pueda de ésta manera hacer una verdadera
planificación central conjunta, expresión del genuino poder
revolucionario. De allí que el cambio en la forma de propiedad, no
sólo es un tema subordinado, sino asunto central en una Revolución,
letal para el capitalismo, haciendo posible una nueva cultura, una
nueva espiritualidad y una nueva conciencia socialista.
Referencias
Bibliográfica.
1)
Diccionario de Economía Política. E. F. Borisov, V. A. Zhamin,
M. F. Makarova y otros.
2) Guía teórico-práctica para la creación de EPS. Víctor Álvarez y Davgla Rodríguez
3) Edgar Gutiérrez http://tatuytv.org/index.php/analisis-y-opinion/1553-articulito-10-que-eso-de-relaciones-sociales-de-produccion
4) Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844. Karl Marx.
5) Neftalí Reyes La Propiedad es la Manzana
2) Guía teórico-práctica para la creación de EPS. Víctor Álvarez y Davgla Rodríguez
3) Edgar Gutiérrez http://tatuytv.org/index.php/analisis-y-opinion/1553-articulito-10-que-eso-de-relaciones-sociales-de-produccion
4) Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844. Karl Marx.
5) Neftalí Reyes La Propiedad es la Manzana
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