Por Carlos Rivas.
ADVERTENCIA:
Éste debate es para Revolucionarios,
los
escuálidos pueden seguir interconectados
con la
desesperanza y la muerte,
mientras
que nosotros avanzamos por la
consolidación de un mundo mejor.
Es
evidente que la Revolución Bolivariana ha alcanzado avances
importantísimos, de plano podemos decir, que hoy Venezuela no es el
mismo pueblo a aquel de los años 90', incluso, hoy día podemos
observar como las fuerzas sociales revolucionarias plantean otro
discurso, que deja atrás las viejas concepciones paternalistas, el
clientelismo se convierte en un factor cuestionable y se debate desde
el seno del pueblo la necesidad de transformar a profundidad el
aparato productivo rentista. Las Misiones sociales, in-surgieron para
eliminar el Estado burgués, batallando por una nueva
institucionalidad, el poder popular ha venido tomando fuerza, se han
fortalecido propuestas que surgen desde lo más profundo del
movimiento popular, además, con todas las debilidades que les
queramos señalar, Las Comunas se han posicionado como el nuevo
escenario en el que la política revolucionaria encuentra el sendero
para profundizar su propuesta emancipadora y radicalizar los
planteamientos revolucionarios, consolidando esfuerzos colectivos
para combatir la concepción burguesa de la sociedad, que se
re-producen permanentemente en en plano de lo político, lo
económico, lo cultural, y un sin fin de etcéteras.
Esa
Revolución Bolivariana, que ha ganado 18 elecciones, pero que de
sopetón nos golpea en el alma diciéndonos que la legitimidad y la
irreversibilidad revolucionaria, no dependen de las elecciones
burguesas, y que de esa misma manera nos invita, a los “cabeza
calientes”, a pensar en una nueva cultura política, no es una
pequeñez, pues estamos ante la posibilidad de re-crear una nueva
realidad, que dé cuenta de los problemas ecológicos, sociales, y
otro largo número de etcéteras, de situaciones que sólo es posible
discutirlas en profundidad en medio de una Revolución. Los etcéteras
pueden seguir por largo rato, por ejemplo en el plano reivindicativo,
la política revolucionaria ha “repartido” inclusión por todas
partes, pues se han atendido diferentes sectores de la población,
que en otrora llenaban estadísticas, que escandalizaban al mundo; es
más, hasta los “choros”, desde los “robagallinas”, hasta
los de cuello “blanquiamarillo”, se sienten incluidos en la –
en ocasiones mala- distribución de la riqueza.
Ciertamente,
después de mucho tiempo, éste pueblo tiene la oportunidad de
pensarse, en medio de un proyecto global, que pinta la destrucción
del mundo. Hoy la Revolución Bolivariana abre espacios para que una
nueva ontología nazca desde lo más profundo del pensamiento
crítico. Sin embargo, a 15 años, nuestra revolución sigue siendo
maltratada por el BUROCRATISMO, al punto que éste se convierte en un
flagelo que puede dar al traste definitivo con los sueños que tanta
gente ha puesto en la esperanza emancipadora que hoy muchos
empujamos. Siempre hemos escuchado que éste Estado no sirve
(institucionalmente), pero no sería correcta esta afirmación del
todo, pues la práctica nos ha mostrado lo contrario, ya que ha
funcionado a la perfección, con eficiencia absoluta para que campee
la corrupción y se atrofien procesos que garanticen la
profundización de la Revolución. Como carta a García, lanzamos
éstas líneas, sin embargo haremos hincapié en un caso puntual, por
pocos conocido, que se vincula con la solidaridad internacionalista,
y que tiene que ver con la imposibilidad de dar saltos cualitativos
en subsanar problemas como el de la guerra económica.
Sobre
el BUROCRATISMO:
La Cuba
Revolucionaria, atravesó, y sigue atravesando, por diferentes
dificultades, todas ellas debatidas descarnadamente, con honestidad y
con los pies plantados sobre la tierra, que en definitiva es como se
hace la política. Identificar los problemas, para trabajar en su
solución, no es cosa del otro mundo, parece ser lo más simple y
trivial de las labores que debe cumplir quien dirige cualquier
institución, puede que sea revolucionaria o no, pero esta es su
razón de ser. No obstante, es necesario señalar, que un
revolucionario, en una institución que se diga revolucionaria debe,
además de lo anteriormente descrito, hacer la Revolución y
garantizar transformaciones substanciales que permitan al pueblo
profundizar sus luchas y, contribuir permanentemente a la abolición
de la concepción burguesa de la gestión institucional. Ernesto CHE
Guevara, en el texto: Contra el Burocratismo, afirma
que éste (...) evidentemente, no nace con la sociedad
socialista ni es un componente obligado de ella. La burocracia
estatal existía en la época de los regímenes burgueses con su
cortejo de prebendas y de lacayismo, ya que a la sombra del
presupuesto medraba un gran número de aprovechados que constituían
la “corte” del político de turno. En una sociedad capitalista,
donde todo el aparato del Estado está puesto al servicio de
la burguesía, su importancia como órgano dirigente es muy pequeña
y lo fundamental resulta hacerlo lo suficientemente permeable como
para permitir el tránsito de los aprovechados y lo suficientemente
hermético como para apresar en sus mallas al pueblo.
Pues sí,
nuestra Revolución aun no ha consolidado la sociedad socialista, y
las anomalías institucionales hacen eco del egoísmo, que reproduce
la “sanganería”, la falta de respuesta, e instala en el
imaginario social la idea del, “bueno como Caracas no da respuesta,
hagamos la pantomima que hacemos algo por la revolución y por el
pueblo, sigamos cobrando, y todo chévere”. Esa camisa de fuerza,
sumerge a los revolucionarios en un estado alarmante, en el que el
tren de la historia, el cual nunca se detiene, termina embarcando
sólo a los “vivos” de siempre, quienes lo conducen hacia la
reproducción de sus intereses de clase, arrollando cualquier
construcción colectiva que pretenda levantar una propuesta
alternativa al capitalismo. Eso que hoy día vemos en televisión,
después de 15 años de Gobierno revolucionario, cuando la gente
espera fervorosamente que el presiente Maduro, Diosdado o cualquier
dirigente de la Revolución visite sus comunidades, para que como
linces nos lancemos con emotividad y esperanza a entregarles una
carpeta con miles de cartas y solicitudes de ayuda, nos debe llamar
la atención, pues es indicador que por medio de los canales
regulares no se están atendiendo gran parte de las demandas de
nuestro pueblo, por tanto el BUROCRATISMO campea. Seamos claros, lo
dijo el comandante Chávez, el presidente no puede estar como Alcalde
de todo el país resolviendo problemas, humanamente es imposible, y
aunque no es un problema únicamente de la militancia, desenredar
éste nudo crítico puede ser clave avanzar en la profundización de
la revolución Bolivariana.
En el
mismo texto citado anteriormente, el CHE nos recordaba sobre Cuba
que: No debemos nunca olvidar, para hacer una sana autocrítica,
que la dirección económica de la Revolución es la responsable de
la mayoría de los males burocráticos: los aparatos estatales no se
desarrollaron mediante un plan único y con sus relaciones bien
estudiadas, dejando amplio margen a la especulación sobre los
métodos administrativos. Claro, éste análisis que hace el CHE,
es sobre los primeros años de la revolución Cubana, sin embargo, a
nuestro entender tiene que ver con nuestra realidad actual, sobre
todo en el plano del comercio estratégico a escala internacional.
El
internacionalismo, Marinaleda y la solidaridad de los pueblos:
Desde
finales del mes de Febrero de 2015, vuelve a la patria de Bolívar
José Manuel Sánchez Gordillo, Alcalde de Marinaleda, un
municipio
de la provincia
de Sevilla
que pertenece a la comarca de Sierra
Sur
y situada en la cuenca del Genil,
en Andalucía,
España.
El municipio que gobierna Sánchez Gordillo, desde 1979, tiene la
característica de ser una zona fundamentalmente agrícola, que
además ha puesto desde entonces en marcha un plan de gobierno que
incluye presupuestos participativos y control obrero de las
principales industrias de la zona, es decir, es una voz rebelde en
medio de la inerte Europa Neoliberal, en el corazón mismo de la
España conservadora, que reprime a su pueblo y se sumerge cada vez
más en una crisis creada por las las políticas del FMI y del BM,
dando cuenta de la otra cara de la moneda, en manos de un gobierno de
Izquierda-s que le garantiza a su pueblo pleno empleo e impulsa
políticas en materia de la auto-construcción de la vivienda,
protegiendo a las mayorías ante el desamparo del Estado Neoliberal,
garantizando por distintas vías, el “vivir bien” de su pueblo.
Los pilares fundamentales sobre los que se sustenta el modelo
económico de Marinaleda son la igualdad y la participación del
pueblo. Y estos principios se expanden a todos los ámbitos de la
vida, también la política. Allí no existe la Policía y las
decisiones políticas se toman en una asamblea en la que todos los
vecinos están llamados a participar.
El pueblo de Marinaleda, viene acercándose a la revolución
Bolivariana, no en búsqueda de la firma de tratados comerciales,
viene a estrechar lazos de solidaridad entre dos pueblos hermanados
por las ideas emancipadoras, que recorren el mundo, y que comienzan a
darnos voz y rostro, pero por sobre todas las cosas, reflejan la
posibilidad de hacernos más fuertes con el apoyo mutuo. Es sólo una
gran oportunidad, de esas que los revolucionarios saben olfatear para
romper las barreras burguesas de las fronteras, co-laborar, y
mirarnos en nuestras potencialidades y debilidades como pueblos que
se re-crean permanentemente.
Productores de aceite de
Oliva, vienen a ofrecer al pueblo de Venezuela, un producto de la más
alta calidad, a precio justo, para que nuestra gente tenga acceso a
éste, y de igual manera, el pueblo de Marinaleda siga fortaleciendo
a sus adentros la experiencia transformadora y participativa que
liderizan colectivamente en el corazón del viejo continente.
De ésta
manera, la carroña mediática, salta siempre de sus butacas, cuando
siente que los pueblos avanzan con propuestas transformadoras, que
inutilizan los postulados del gran capital y del libre comercio.
Siempre que se haga algo en favor de las mayorías saldrán las
industrias de la alienación a llenarse la jeta con mentiras que
buscan deslegitimar los planteamientos que surgen desde una mirada no
tradicional, es decir, no capitalista. Para la “barraganería”
sensacionalista de Derecha, no es posible que se hagan acuerdos
honestos entre dos pueblo hermanos, sin que haya de por medio
“chanchuyo” alguno; a todas estas, cada ladrón juzga por su
condición. La web: interviu.es, titula un artículo el 23 de
Febrero del presente año, 6,7
millones de Venezuela para Marinaleda, en la
que suelta todo el palabrerío escuálido del desabastecimiento
venezolano, la infaltable mención a la ausencia del papel higiénico
(porque para interviu.es, es muy importante que los Latinoamericanos
nos limpiemos el culo), y que de paso, mientras su población pasa
apuros, el gobierno de Nicolás Maduro pagó el aceite de oliva al
doble de su precio de mercado. Una operación millonaria y sin lógica
comercial que tiene un único beneficiario: la cooperativa agraria de
Marinaleda, el pueblo andaluz gobernado desde hace años por el líder
sindical Juan Manuel Sánchez Gordillo (Sic). Simple,
la derecha internacional la tiene clara, deslegitimar a toda costa
cualquier intento por hacer las cosas de forma diferente es la
ofensiva por excelencia. La pregunta aquí es, ¿la tenemos clara
nosotros los revolucionarios? ¿sabemos lo que significa que dos
pueblos hermanos estrechen lazos políticamente y que de esa forma
puedan garantizar acceso a bienes producidos por industrias bajo el
control obrero?
El
CHE, siempre insistente, recordaba en aquel momento en el que se
refería al BUROCRATISMO, que era necesario: exigir a
nuestros funcionarios, establecer límites de tiempo para cumplir las
instrucciones emanadas de los organismos centrales, controlar
correctamente y obligar a tomar decisiones en tiempo prudencial. Por
ello, no es posible, no es aceptable, que luego de un mes, no se haya
concretado el acuerdo con Marinaleda, para seguir por la senda del
internacionalismo revolucionario, la política revolucionaria debe
adaptarse a los tiempos y no al revés. Así, cuantas cosas estarán
empantanadas entre papeles, cuantos proyectos estarán extraviados
entre carpetas, cuantos sueños se engulle a diario la serpiente del
BUROCRATISMO. Pilas, que como la práctica lo indica, el maldito
BUROCRATISMO, puede acabar con los sueños de mucha gente, que
comprende que el poder político debe ser tomado para hacer la
Revolución, y no “para cambiar todo y que nada cambie”.
Sabemos que saldremos triunfantes de todo esto, porque si algo hemos
demostrado como pueblo Revolucionario, es nuestra capacidad de
reflexionar y rectificar, sobre todo la capacidad de quitarnos del
medio los estorbos que no permiten que la revolución sea el más
honesto acto de construcción colectiva.
*Vocero de la casa del costurero de los sueños emancipatorios
“Eulogio Paredes”.
Miembro de la Escuela Popular de Comunicación EP.
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