El pueblo. Trabajador y solidario, el pueblo venezolano es sistemáticamente agobiado para que sucumba a la neurosis, al descalabro, a la locura colectiva.
El enemigo invisible. Se disfraza, se oculta, se muda de lugar. Como en el lejano oeste, su desierto siempre es el libre mercado, árido y aterido donde todos sus recursos han sido devorados. Quiere su dinero a como dé lugar. Las balas disparan directo a la psique. De allí que quienes vivan en su poblado, tarde o temprano se tornan zombies.
La realidad virtual. En las simulaciones, verdaderos wargames de las redes sociales, se teje nuevamente el efecto acumulativo de la desgracia, del país enfermo, de la crisis insostenible, del colapso total de las instituciones, que buscan minar nuestra capacidad de acción y reflexión. ¿Acaso la virtualidad no ha contribuido considerablemente a alimentar este clima especulativo que se llama crisis, que se llama bachaqueo, que se dice insostenible?
El dólar. Pero... ¿Cómo es que el dólar que internacionalmente se ha devaluado año tras año, día tras día, en Venezuela es inmune a esa devaluación?
La guerra. Dicen los especialistas en los conflictos bélicos, que el éxito de toda guerra consiste en enfrentar a pueblo contra pueblo. Hermano contra hermano, en actos irracionales que puedan ocasionar desenlaces fatales, irreparables.
El enemigo aparece. Sí, por mucho que los dólares le provean disfraces, las costuras se van rompiendo, la formación e investigación de individualidades y colectivos aliados les va quitando el velo y la máscara a quienes se presumen imposibles de tocar.
Enemigo. Las mafias colombianas que disfrazadas de cambistas han convertido las operaciones cambiarias en sistemáticos ataques a la economía venezolana, con incidencia directa en la depreciación del Bolívar, en el tráfico inescrupuloso de los productos alimenticios, tristemente revendidos en Cúcuta y Maicao. Julito Vélez es solo una pieza del efecto dominó paramilitar.
Enemigo. La burguesía venezolana, orgánicamente parasitaria, infectados con el síndrome devoradólares, promoviendo una dolarización cual panacea, de terrible incidencia cultural, que tanto daño le hace al proletariado, lo aleja del debate necesario, lo distrae de las acciones verdaderamente revolucionarias. Su discurso ilegítimo tristemente confeccionado en el extranjero, refleja su incapacidad para pensar por sí misma, de allí su necesidad de aplicar recetas diseñadas por el FMI. Necesario observar y estudiar cada uno de los pueblos en la actualidad donde se han implementado tan brillantes soluciones, carcomidos por la miseria y el vasallaje infligido.
Enemigo. El opinólogo de oficio (economistas o no, de derecha o de izquierda) que haciendo uso de una retórica de manual, se aleja del tiempo comunal, del hacer y decir de las organizaciones populares, y contribuyen a configurar escenarios especulativos, a veces sin querer, a veces con premeditación y alevosía.
Neoliberalismo. Necesario visualizar las estrategias del neoliberalismo (fuera y dentro de nuestras filas), señalar a los traidores y recurrir a la acción directa para detener el desangre al pueblo.
Golpe a las operaciones psicológicas. Un pueblo alerta reconoce la estigmatización del proceso bolivariano y de sus figuras, la estigmatización del socialismo para restaurar el capitalismo, la tentación de incurrir en prácticas corruptas y que van en desmedro del país.
Boicot. Al comerciante especulador, al revendedor inescrupuloso, al empresario vende patria, a todo aquel o aquella que quiera socavar nuestra humanidad defendiendo la usura como forma de vida. Un pueblo alerta es un pueblo que se merece respeto.
Bolívar. Defender al Bolívar como la única moneda para realizar transacciones de valor de cambio es defender la soberanía a todo nivel. Ningún pueblo vecino va a defender a Bolívar como sus hijos legítimos.
Florentino y el diablo. Como dijo Baudelaire "La más hermosa de las jugadas del Diablo es persuadirte de que no existe", pero bien pudo visualizarlo el comandante Chávez cuando con las palabras de Florentino nos dijo “Ahora verán, señores, al Diablo pasar trabajo”
La victoria. La información en el marco de la comuna es ante todo conciencia e información crítica, análisis riguroso y formación permanente. Estas son las verdaderas bombas de instrucción masiva que tumban rumores, desinformación y cualquier tipo de desmoralización en las filas revolucionarias.
*Escuela Popular de Comunicación
Casa del Costurero
La dignidad rebelde no se compra y no se vende, Detalle, Tomás, artista de Chiapas, 2005 |
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