viernes, 24 de marzo de 2017

Breve crónica desde Venezuela.

 Por: Jonathan López 


"¿Por qué vais a Venezuela? Si no hay comida, os van a atracar, os van a matar, la policía os va a robar, etc." - nos dijeron.

Me encuentro actualmente en la La Casa del Costurero, un proyecto comunal y social del barrio de Santa Elena, en la ciudad de Mérida, la ciudad más bonita de Venezuela (a mi juicio). Ubicada en las montañas, en la región andina, donde hemos pasado de sudar en la playa a pasar frío en la montaña.

Pasar varios días en esta casa me ha permitido acercarme un poco más a la realidad del país y a los planteamientos revolucionarios. Y sobretodo conocer a personas que desde su barrio luchan y se esfuerzan por crear proyectos sociales y aportar un valor a la comunidad.

Después de 21 días en Venezuela no puedo decir que conozca demasiado el país, ni tampoco me atrevo a hacer una radiografía de su situación actual. Pero puedo decir algo: Venezuela nos ha encantado. Es cierto que el país atraviesa una crisis importante, pero si lo comparamos con el estado de otros países de Sudamérica, no nos parece tan grave. El dinero en efectivo, la inflación y la escasez de algunos productos es uno de los detalles que uno puede percibir. Sí me atrevo a afirmar que las noticias que llegan a España sobre Venezuela son exageradas o son simplemente mentira.

Pero no escribo esto para hablar de los problemas del país, de los que tengo escaso conocimiento. Nuestro breve paso por el país ha estado plagado de buenos momentos y gente hermosa. Los venezolanos y venezolanas son personas maravillosas, educados, amables y alegres. Nos decían, no hables con nadie, no te dejes ayudar, que no vean que sois extranjeros, no hables de política, etc. Pero hicimos todo lo contrario. Nos subimos a coches de desconocidos, hablamos con todo el mundo, hablamos de política y nos dejamos ayudar por mucha gente. Siempre nos trataron con atención, educación y amabilidad al vernos extranjeros. Incluso la policía.

Es un país increíble lleno de bellezas naturales que alberga diversos climas, desde sabana, selva, llano, alta montaña, playas paradisíacas y desierto. Como dije, las personas son hermosas en todos los sentidos, alegres y con una forma de hablar que me encanta. La comida es excelente, y nos hinchamos de comer! A diferencia de otros países del continente, Venezuela es un país más ordenado en muchos sentidos y las personas son tranquilas y pacientes. Y a pesar de la crisis y las carencias, mantiene una importante infraestructura de servicios sociales y públicos que otros países no tienen ni en sueños.

Antes de terminar, mientras desde España se habla de presos políticos en Venezuela, si es que los hay, debo recordar que en España se está condenando a cantantes y twiteros por hacer chistes de Carrero Blanco o canciones sobre el rey.

Quería escribir esto un día antes de cruzar la frontera con Colombia. De paso para dar noticias de que sigo vivo y aún no me han matado en Venezuela.

Lo más claro que puedo decir de Venezuela es que nos vamos con pena, con pena por no haber pasado más tiempo ni visitado mucho más el país en profundidad. Y con pena de no pasar más tiempo en Mérida con los compañeros de la Casa del Costurero y poder haber colaborado con sus proyectos.

Hasta pronto, Venezuela.


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