lunes, 13 de marzo de 2017

*¡No quiero show, ni comiquita, aquí está el CLAP que le lleva comidita!*

POR: Elias Sanchez.

 


 

Al cumplirse 1 año de trabajo, luego que nuestro Presidente Nicolás Maduro hiciera el llamado a conformar los Comités Locales de Abastecimiento y Producción CLAP, comparto con ustedes las siguientes reflexiones desde la vivencia personal y colectiva.

La medida de convocar al pueblo a asumir un papel protagónico en el combate de la feroz guerra económica a la que viene siendo sometido, produjo un efecto de remoralización en el seno de las organizaciones de base. Se llamó a la integración de aquellas fuerzas prominentes o quizá de mayor trayectoria en la lucha social cotidiana (Frente Francisco de Miranda, Consejos Comunales, PSUV y UNAMUJER). Como medida de ofensiva revolucionaria, incorporar la participación activa de las comunidades en el combate, imprimió una nueva dinámica en la lucha que venía siendo librada, cosa que según los gringos, había que evitar a toda costa. Podemos leer en la Agenda del Comando Sur contra Venezuela (Operación Freedom 2), documento filtrado hace un año lo siguiente;  "...hay que valorar adecuadamente el poderío del gobierno y su base social, que cuenta con millones de adherentes los cuales pueden ser cohesionados y expandirse políticamente. De allí nuestro llamado a emplearnos a fondo ahora que se vienen dando las condiciones...". Tal fue el efecto de la medida, que la respuesta de los lacayos nacionales no se hizo esperar y aparecieron las primeras pintas de calle direccionadas por sus amos del norte "CLAP=Hambre".

Nuestro presidente, en medio de una crisis del Sistema Eléctrico Nacional, con la caída del ingreso petrolero y con la oposición envalentonada por el reciente triunfo electoral por la Asamblea Nacional; logra de esta forma aglutinar al chavismo y prepararlo para las tareas encomendadas con urgencia: El Abastecimiento y la Producción.

Una vez hecho el llamado a constituir los comités e iniciados los primeros movimientos en la base del chavismo, se promovió la formación política y técnica para definir el funcionamiento de los CLAP. Se recibió instrucción sobre su conformación, pasando por ¿Cómo determinar el consumo de alimentos en cada comunidad, por rubro, por contenido nutricional? (a fin de planificar el abastecimiento local) hasta talleres para realizar contraloría social y buena atención al público. El resultado, es que no todo lo repasado en la teoría se aplicó. Por poner un ejemplo: La comida que se ha distribuido en combos ya viene preestablecida y en nada incide el diagnóstico que haga la comunidad.

Luego del proceso de formación política, que debió ser obligatorio para todos los miembros de los CLAP, se dio inicio al proceso de registro, el cual permitiría a cada CLAP disponer de un código para su efectivo reconocimiento en el terreno. Este registro implicaba vaciar en un sistema informático nacional, los datos de los responsables del CLAP, los jefes de calle, el ámbito geográfico y toda la información correspondiente a los censos de la comunidad. Este proceso de registro no ha sido concluido. Dicho registro, de completarse, debería servir para asegurarse que una misma familia o miembros distintos del mismo núcleo familiar, no sean beneficiados en dos CLAP diferentes.

Con el decreto de Estado de Excepción y Emergencia Económica, publicado en gaceta oficial No. 6.227 el 13 de mayo de 2.016 y sucesivamente extendido hasta el presente, quedaron definidas algunas de las funciones que cumplirían los CLAP en el combate contra la guerra económica, las cuales pasan por la necesaria articulación con las fuerzas del orden público, asunto que no se ha aprovechado lo suficiente.

Aún cuando los CLAP están enmarcados en una situación de conflicto, bien puede servir la  coyuntura para potenciar el proyecto histórico contenido en el Plan de la Patria, fortaleciendo nuestra independencia nacional y profundizando la construcción del Socalismo Bolivariano, si ponemos el acento en la superación de las siguientes dificultades:


1. Métodos de trabajo: Es necesario que existan métodos de trabajo efectivos y transparentes para que el abastecimiento por medio de las diferentes modalidades de suministro que ha dispuesto el gobierno, sea oportuno y refuerce el trabajo que con esmero desarrollan los líderes comunitarios. En este sentido debe afinarse la forma de trabajar para saber ¿qué llegará?, ¿cuándo llegará? y ¿a quienes llegará?. Hay que combatir la improvisación y la generación de falsas expectativas en las comunidades ya que esto produce un efecto contrario al que se busca con la remediación de las heridas sociales producto de la agresión económica. Se da el caso por ejemplo, de lo que observa cualquier venezolano por televisión, que se reparte en una comunidad caraqueña, y la diferencia en contenido y precio de lo que se reparte en una comunidad de Mérida. Inmediatamente puede surgir la duda y el descrédito hacia los comités en vista de que la expectativa generada no se acompaña del hecho real. Sobre la complicación que deviene en ansiedad y falta de credibilidad con causa principal en la generación de expectativas no satisfechas, agravado con la aplicación métodos de trabajo poco claros, se pueden citar otros ejemplos como el anuncio que se hiciera hace varios meses sobre la llegada de contenedores a Puerto Cabello con artículos de higiene personal para distribuir a través de los CLAP, uniformes que no llegaron a todos los CLAP, por mencionar algunos eventos de este tipo. Igualmente hay que definir los criterios de asignación entre quienes son atendidos vía CLAP y también por vía institucional (Servidores públicos). Estos criterios deben quedar claros para que exista mayor cobertura sobre el territorio, promoviendo la equidad y la justicia social. Una herramienta fundamental para lograr este objetivo, promoviendo la transparencia y confianza del pueblo en la forma como son asignados los combos por parte de la dirigencia gubernamental, tiene que ver con la aplicación urgente de la Ley de Infogobierno mediante una plataforma auditable que permita saber a cuántas familias diferentes se está llegando, con cuáles rubros y con qué frecuencia de atención.


2. Reforzar el direccionamiento político: Los CLAP, como vanguardia comunitaria política, deben precisar la variación en la correlación de fuerzas del sector donde tiene lugar su actividad. En función de ganar terreno en el campo revolucionario es necesario diseñar y ejecutar actividades que politicen aún más su accionar, resaltando las contradicciones entre los dos modelos de país en pugna y la necesidad de continuar profundizando la revolución socialista como única salida definitiva a la crisis actual. Esta tarea bien pudiera acompañarla el PSUV y el GPP con una estrategia pensada de manera colectiva, con los matices propios de cada territorio.


3. Combatir la cultura del rentismo: Ciertamente este aspecto puede sonar contradictorio, toda vez que de los productos que se distribuyen, buena parte de ellos son subsidiados por el ingreso petrolero en divisas preferenciales. Aún así, este hecho no debe pasar desapercibido. Es preciso que el pueblo tome conciencia sobre lo vulnerable de nuestra economía al depender fuertemente del mercado asociado a la exportación del petróleo y que este debate promueva la implementación de nuevas formas económicas, por ejemplo, el desarrollo de actividades productivas para la emancipación de la conciencia con expresiones libres y  asociadas.


4. Productividad: Difícilmente la "P" de los CLAP puede sustituir el aparato productivo de todo el país. Sin embargo, hay que resaltar que esta orientación permite entender la dimensión del problema económico nacional y hace consciente de su corresponsabilidad en la superación del mismo a cada individuo que se apunte a trabajar desde los CLAP. Recientemente el presidente ha anunciado que cada CLAP debe tener al menos un proyecto productivo. Aún no se ha establecido el método de presentación de estos proyectos ni las instancias de gobierno que regirán el proceso y garantizarán el cumplimiento de la política. Lo que se ha observado en buena parte de los CLAP desde su conformación hace un año, es que el interés principal de los responsables de la organización no es la producción. Es la distribución. Adicionalmente en aquellos CLAP que pudiéramos considerar como excepciones a este patrón de  comportamiento, los interesados en producir quedan absorbidos completamente por las tareas operativas del abastecimiento (organización interna, censos, recolección de dinero, búsqueda de flete, distribución, asistencia a reuniones, organización de jornadas de distribución de otros rubros alternativos, etc). Ocurre también que las experiencias productivas en algunos CLAP son promovidas como esfuerzo individual de algún miembro de la comunidad. No se trasciende aún con fuerza hacia las formas asociativas o colectivas de producción como ejemplos concretos, locales, de la modificación de las relaciones de producción que tienen que ocurrir en los esfuerzos incipientes del socialismo en lo local. Este asunto referido a la productividad, varía entre las posibilidades de los espacios urbanos y las que ofrecen los espacios rurales. Sobre esta gama de posbilidades es necesario realizar una planificación que permita abastecer con rubros localmente producidos, lo que es imposible producir y es necesario en otros lugares. Es necesario implementar estas compensaciones creando las instancias para que los CLAP se encuentren y se articulen. Es necesario en este aspecto promover la producción de alimentos alternativos, locales, sanos y soberanos. Hay que pujar para romper con la dependencia y que en algún momento esa misma bolsa o caja que se entrega, contenga productos regionales (harina de plátano, de yuca, frutas deshidratadas, hortalizas y verduras, etc)


5. La participación de los entes gubernamentales: Es fundamental acompañar y reforzar el accionar de los CLAP con la capacidad de gobierno en cuanto a los procesos de fiscalización de las unidades de producción, almacenamiento y distribución de propiedad privada en cada comunidad. Estas unidades no se encuentran en el aire. Pertenecen a un territorio donde en teoría debe existir un CLAP o un consejo comunal. La acción de gobierno tiene que ser efectiva para que dicha unidad privada esté a disposición en primera instancia de los habitantes que le circundan y no solamente al servicio de las redes de comercialización privadas sobre las cuales no hay controles suficientemente efectivos. Repito, en esto debe haber acción contundente, y según el decreto de Estado de Excpeción, los CLAP están facultados para ello, en coordinación con las instancias gubernamentales  (SENIAT, SUNDDE, MPPTSS, INPSASEL, PNB, GNB). La Gran Misión Abastecimiento Seguro y Soberano con sus 7 vértices (productivo, logístico, de comercialización, sistema de precios, organización productiva, seguridad y defensa e investigación y desarrollo) aún no se hace sentir como una política extendida en el seno de los CLAP para garantizar su efectividad.

Sobre estos aspectos pudiera mejorarse la acción de los CLAP en aras de superar la crisis de manera definitiva, con una perspectiva clara del horizonte que nos hemos trazado con Chávez que no es otro diferente al Socialismo. Los CLAP deben servir para fortalecer a los Consejos Comunales y Comunas como células de ese Estado Comunal que estamos llamados a construir.

Los CLAP son un proyecto que viene a hilvanar con mayor precisión la organización de las y los revolucionarios sobre el territorio para la defensa del mismo. Hay resultados concretos y uno de ellos es que el pueblo chavista, amoroso, desprendido, es quien ha tomado partido en la distribución de alimentos de forma voluntaria, mientras que la oposición no hace otra cosa que intentar agravar la crisis y generando mayor malestar en el pueblo, con una evidente intencionalidad política.

Como proyecto, los CLAP tienen un potencial tremendo que puede dar grandes frutos, empezando por su composición de mujeres y hombres que son vanguardia y que han decidido restearse con la revolución en uno de sus momentos más duros. Allí hay un acumulado de conciencia, de entrega, que debe sobreponerse al oportunismo y al clientelismo. En este primer año de los CLAP, viviéndolo desde adentro, puedo afirmar que acá hay un pueblo arrecho, heredero de Bolívar y de Chávez que no se dejará doblegar.

¡Vivan los CLAP!

¡Viva el Poder Popular!


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