(Tengo que hacer una introducción necesaria: Hace dos meses que en mi país, Venezuela, un sector que se identifica con la oposición ha causado suficiente daño como para sepultarse políticamente hablando. Las líneas que siguen, no son ficción, están extraídas de una realidad intoxicada. Durante este tiempo he leído, visto, compartido material de muchos compañeros y compañeras quienes han contribuido al desmontaje de matrices de opinión mal intencionadas, difundidas con el único objetivo de consolidar una guerra civil. Para saber la opinión de este sector opositor, solo basta entrar a cualquier medio de comunicación hegemónico. A 12 años del primer golpe mediático a nivel mundial, entiéndase los eventos que sucedieron el 11, 12 y 13 de abril de 202, el pueblo venezolano nuevamente ha dado una lección histórica. Decía el mismísimo Maquiavelo: Todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven. Justamente a esto me refiero cuando hablo de una realidad intoxicada.)
• De entrada. Comprenda que destruir una ciudad, tal como un estado, una nación, una cultura, un adversario, es un proceso sin lapsos de tiempo estipulados. Ahora bien, a estas alturas de la historia, existe consenso de opiniones en cuanto a que es más rápido destruir que construir.
• Advierta. Sea enfático, dígale a sus seguidores que la única salida posible es la calle, esto significa, desconocer la institucionalidad.
• Convoque. Comience la destrucción con una movilización, marcha o concentración conformada en su mayoría por la clase media, y por sobre todas las cosas, haga énfasis en su carácter de evento pacifico. Una vez que inicie las acciones programadas, no olvide agregar el adjetivo espontáneo.
• Arde. Piense en el combustible, convierta el odio en combustible ideológico, como universo por explotar, cuando la hoguera se inicie en el individuo, materializadla. Queme todo a su paso, basura, avisos, árboles, cauchos. Aplíquese lo anterior con el miedo y el terror.
• No violencia. Lea a Gene Sharp, “De la dictadura a la democracia”, en especial su método de 198 acciones no violentas, conviértalo en el aparato conceptual para encubrir sus acciones bélicas.
• Opiniones. Ahora que tocamos el tema conceptual, es importante hacer referencia al qué-decir frente a la opinión pública. Escasez, inseguridad, mal gobierno, pérdida de la libertad de expresión, el dólar. Intente mantener su discurso en el límite de la decencia, procure no utilizar conceptos como golpe de estado y terrorismo, sálvese de admitir su cuota de terror, usted no es un extremista, usted es un demócrata. Recuerde que explotar la emotividad es más importante que la racionalidad.
• Aliados. Busque potenciales financistas para su campaña. Industriales, clero, comerciantes, profesores universitarios, los consabidos terratenientes del campo y la ciudad.
• Sicario & Co. Contrate especialistas, mercenarios, personajes adiestrados en estrategias que logren sembrar el caos, que paralicen la ciudad. No escatime en recursos, inyecte suficiente capital (liquidez). Estos serán quienes coordinen las acciones.
• Para-. Inspírese en movimientos paramilitares de países vecinos.
• Huele a espíritu joven. Los jóvenes de ahora ya están lo suficientemente entrenados con videojuegos clave, tal es el caso de Counter Strike, Medalla de Honor, Call of Duty y GTA, además de miles de horas frente al televisor. Recuerde que la violencia comienza por casa.
• Balas. Garantice toda clase de armamento.
• Estímulos. Garantice bebidas alcohólicas y sustancias psicotrópicas.
• Invasión. Difunda la falsa noticia de que el ejército de un país caribeño con tendencias comunistas ha enviado un contingente de 50.000 soldados.
• Malo. Satanice a los colectivos y movimientos sociales de su oponente.
• No pase. Clausure el libre tránsito por medio de barricadas, aceite en la vialidad y alambres de púas en aceras, plazas, calles y avenidas.
• No pase extremo. Para contribuir con la coartación al libre tránsito, queme algunas unidades del transporte público. Observe como su chofer/dueño llora por perder su fuente de ingresos.
• Disfraz. Compre una máscara de Anonymous y luzca como todo un antisistema.
• Compartir. Utilice las redes sociales como principal medio de difusión, denuncie la pérdida de libertad de expresión, aunque los grandes conglomerados de la información a nivel mundial se hagan eco de sus protestas.
• Colaboración. Cobre peaje en las barricadas, estas colectas tienen como finalidad el recaudo de dinero por la protección prestada ante posibles ataques de los colectivos previamente satanizados, es decir armados.
• La fuerza bruta. Saquee, rompa, robe, queme la infraestructura pública y privada por igual.
• Multimedia. Difunda videos y fotos en descontexto, inunde el panorama informativo de falsas noticias, no importa que la sociedad se percate de su impostura, importa la cantidad de información circulando.
• Creatividad. Contamine el sistema de agua potable.
• Limpieza. Es necesario amedrentar, por tanto, identifique posibles personalidades públicas a eliminar. Haga y divulgue listas de posibles ajusticiamientos.
• Persecución. Intimide a sus vecinos, a quienes reconoce como enemigos. Hostíguelos, envíe mensajes de textos con amenazas. Póngalos en ridículo en público siempre que pueda. Cúlpelos por las muertes de la represión.
• Doble moral. Reconcíliese con la moral católica de Occidente, luego del pecado, vienen los golpes de pecho. Procure mostrar su cara bien lavada.
• Y finalmente. Acostúmbrese a la idea de vivir con un grupo paramilitar en su comunidad, siéntase orgulloso de ser un miembro fundador.
P.D. El seguir estas instrucciones al pie de la letra no garantiza el éxito en la contienda, recuerde las palabras de Sun Tzu: “Si no te conoces ni a ti mismo ni a tu enemigo, sucumbirás en cada batalla.”
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