sábado, 12 de abril de 2014

Los Reformistas Financian a los Verdugos del Futuro. Por: Pedro Rodríguez / Tatuy


Es común escuchar a los representantes del gobierno que dirige el Presidente Nicolás Maduro, con respecto a los hechos acontecidos en los últimos días, responsabilizando a los partidos, medios y periodistas de la derecha por el llamado e impulso constante al fascismo y al golpe, manifestados en las protestas criminales en nuestro país. En este caso no pretenderemos negar la responsabilidad de estos grandes operadores y monopolios de la mentira, pero sí nos propondremos analizar la participación de otros actores y sus cuotas de responsabilidad en la manifestación de éstos hechos.

Entre otro de los agentes, es menester nombrar aquí a las universidades tradicionales, las cuales han sido responsables de la deformación moral y ética de importantes sectores de la juventud venezolana. En efecto, hoy día la vanguardia de la derecha fascista está constituida y liderizada  mayoritariamente por jóvenes; es por eso que no sólo debemos responsabilizar a los partidos políticos tradicionales, a los medios de deformación, a los agentes de la farándula del imperio norteamericano,  o los paramilitares y a su máximo representante en Latinoamérica, Uribe Vélez,  sino también es hora de mirar aguas adentro y revisar lo que ha frenado el tránsito al Socialismo, propuesto por el Comandante Hugo Chávez, en aras de moralizar a nuestra base juvenil, corregir nuestros errores y depurarnos de los fenómenos de desvío y reformismo. Para ello debemos revisar las oportunidades que hemos tenido históricamente para posicionar nuestras políticas y transformar los espacios, revisando los actores y responsables, así como los extravíos a los que nos sometieron en el proceso de construcción revolucionaria. 

Antes de la creación del Ministerio del Poder Popular para la Juventud en el año 2011 (el cual fue dirigido por Mary Pili Hernández 2011-2013, Héctor Rodríguez Castro 2013-2014 y Víctor Clarke actualmente en ejercicio del cargo) se fundaron varias organizaciones políticas en todo el territorio nacional que jugaron un papel fundamental, algunas de estas: la (extinta) Juventud del MVR, el Frente Francisco de Miranda, la JPSUV y otras organizaciones estudiantiles universitarias, que influenciaron el rol de la juventud revolucionaria en general .
Mérida, históricamente conocida como una ciudad con una juventud combativa y comprometida con los cambios sociales,  también contó con organizaciones que tuvieron su cuota de participación en las políticas promovidas por el proceso revolucionario; por ejemplo, la política electoral universitaria para disputar responsabilidades en Centros Estudiantiles, Consejos de Escuela y Facultad, así como la Federación de Centros Universitarios. Es cuando el Comandante Chávez arriba al poder, que surge la posibilidad de conquistar estos espacios e impulsar transformaciones universitarias, luego de mucho tiempo.  Se ganará entonces la Federación de Centros Universitarios F.C.U en dos oportunidades: con el ex ministro y actual gobernador de Aragua, Tareck El Aissami, y también con Jheyson Guzmán, actualmente Viceministro de Política Estudiantil del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.  Ambos pertenecientes a la misma organización estudiantil, que actualmente moviliza una buena cantidad de sectores chavistas en el seno de la Universidad de los Andes y en la Juventud del PSUV, por la influencia de estos dirigentes del gobierno, otrora líderes del movimiento; y más recientemente con el influjo de Mervin Maldonado, quien también es nombrado viceministro, y proviene de éstas mismas filas. Podríamos llevarnos una gran cantidad de líneas nombrando a todos los miembros de esta organización que ahora ocupan cargos en el gabinete del Gobierno Bolivariano, así como los elegidos por elecciones, pero no es el caso, ni es lo que atañe a éste artículo.

Trataremos de aquí en adelante, superando los señalamientos personales, de revisar las ideas que impregnan a esta dirigencia juvenil en Revolución, ideas promovidas erróneamente como políticas revolucionarias; todo esto con la intención de visualizar la responsabilidad histórica de  los movimientos y  actores antes mencionados que insisten y persisten en sembrar extravíos, ocasionando una tremenda pérdida cualitativa en nuestras masas juveniles.

En palabras del Comandante Chávez en conversación con Fidel indicando el sentido de “ser” de nuestra generación:

"Si esa generación, termina de nacer como generación, critica, rebelde, indócil, estudiosa, culta por tanto, etc. etc. ahí está el futuro, ahí está la esperanza de América Latina, ahí está la esperanza de la salvación de nuestros Pueblos (Discurso pronunciado en el auditorio Salvador Allende de la facultad de Medicina en Uruguay en el 2011)."

No es así como los dirigentes nombrados anteriormente entendieron el mensaje de Chávez para la juventud. Aunque pudieran argumentar que la alocución no corresponde con el momento histórico que hoy vivimos, podemos afirmar que estos personajes se mantienen no sólo como sujetos activos dentro de la dirigencia nacional, sino como sujetos que encarnan expresiones de una ideología ya consolidada en la dirección de la Revolución. Veamos.

Los métodos políticos imperantes en el sector juvenil, comienzan a opacar la rebeldía y la irreverencia propias del joven, por una suerte de institucionalización y posterior burocratización de la militancia. Dichos métodos giran en torno al incentivo material (salarios, becas, tarjetas de crédito, financiamientos, etc) como “estímulo” a la activación política. Se instaló entonces el oportunismo, pragmatismo y el arribismo como el como el levmotiv para el reconocimiento público y la conquista de algún cargo dentro de la burocracia estatal.

Esta política socialdemócrata (reformista) condena a estas generaciones, que a futuro deberían asumir las riendas del proceso, a una suerte de economicismo  y dependencia propias del rentismo, promotoras del despilfarro de los excedentes petroleros, generando políticas que no permiten trascender la cultura del capitalismo, de la rapiña, del egoísmo, ponen al servicio de la hegemonía capitalista (el sistema que históricamente ha sumergido a los pueblos de nuestra América y el mundo entero) todos estos recursos, privilegiando los estímulos materiales en detrimento de la moral revolucionaria, y el sálvense quien pueda, por encima de la elevación de la conciencia del deber social.

Revisando los resultados de la 2da encuesta realizada en el año 2013 por el Ministerio del Poder Popular para la Juventud, a este mismo sector, podemos observar que en nuestra juventud hemos alcanzado niveles de atención, que jamás en un gobierno de la IV República se hubiera imaginado. De estas encuestas se desprenden los siguientes resultados: El 96% de los jóvenes consideran estudiar lo que quieren, el 30% estudia sin trabajar y solo un 9% estudia y trabaja, 67% estudia en instituciones públicas y el 98% piensa seguir estudiando hasta tener un grado superior al que tiene o está por terminar. 90% considera que tiene tiempo libre y el acceso a los espacios de internet  aumentó en un 62%. Sobre algún empleo o la expectativa para conseguir uno 97% la tienen, 30% de los jóvenes trabaja. Hasta acá efectivamente tenemos que reconocer un gran avance en las expectativas de los jóvenes de nuestro país (esto solamente en el aspecto material), pero ¿en detrimento de qué? es otro punto en el análisis, y para eso citaremos al ex ministro de la juventud y ahora actual Ministro de Educación Héctor Rodríguez:

 “En el aspecto productivo y laboral, el 93% de los jóvenes quiere emprender un negocio propio y el 74% viviría independiente del hogar en el que se crió. La mayoría de la muestra quiere atreverse a ser productivo, por ello “nosotros como ministerio tenemos el reto de convertir esta aspiración de progreso en una actividad real”.

Tenemos que decirlo, hemos alimentado los intereses, deseos y prerrogativas en los cuales se basa el sistema capitalista. Que la gran mayoría de los jóvenes, conciban como proyecto de vida convertirse en empresarios, constituye una derrota histórica para el Socialismo, en tanto proyecto de integración social y de superación del egoísmo e individualismo como valores esenciales del capitalismo, alentando la concepción de bienestar como las de “tener” y “poseer” por sobre la conciencia o el trabajo. Que la Revolución y sus instituciones (ministerios, institutos -desde nacionales hasta instancias municipales) tengan como reto y política pública, satisfacer estas pretensiones pequeño-burguesas y hasta reaccionarias, estimuladas y promocionadas por ellos mismos,  no es más que la muestra del agotamiento de las políticas reformistas,  la traición a la humanidad y al legado histórico que nos dejó el Comandante Chávez.

La conciencia de una juventud verdaderamente revolucionaria, no puede depender de estímulos materiales, porque ya está demostrado en 15 años de revolución que “dar” más, no implica más profundización revolucionaria, y muchos menos significa más votos (en el caso electoral). Que los “propietarios” y “emprendedores” no son más que caldo de cultivo para el camino de las traiciones. Que cuando no “haya”, cuando no “posea”, se acabará la simpatía. La conciencia de una juventud revolucionaria, sus acciones, en cambio, deberán estar sostenidas en una profunda convicción del trabajo, del estudio, de la organización. De “ofrecer”, de “forjar”, de “pensar”, de “hacer”….

Es por eso que podemos concluir, que la lógica reformista enquistada dentro del proceso revolucionario en esencia, financia y cimenta a los verdugos del futuro, y que frente a esto hay dos posibles salidas para corregir el entuerto:

1) Eliminar el Ministerio del Poder Popular de la Juventud, y todas las Instituciones de cualquier instancia (nacional, regional y municipal), estimulando que los jóvenes se unan consiente y voluntariamente a la lucha, desburocratizando la militancia juvenil revolucionaria y deslastrándola de la lógica del “póngame donde haiga” tan dañino para nuestro proceso.

2) Que el PSUV y su Juventud, asuman de una vez por todas, la dirección política necesaria y genere las condiciones requeridas y establecidas por el Comandante Chávez, para garantizar la continuidad del Proyecto Socialista (con esto no queremos decir que los jóvenes no obtén a un trabajo, solo que la militancia revolucionaria no debe ser vista como un trabajo asalariado).

Referencias:

http://www.venezuelaaldia.com/2013/11/encuesta-juventud-98-de-los-jovenes-continuarian-los-estudios-al-terminar-los-actuales/

http://www.inj.gov.ve/images/pdfs/ResultadosEnjuve2013.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario