"...¿dónde se aprende resistir? ¿en qué clase de escuela o de universidad?"
Roberto Bolaño
Ante todo me gustaría reconocer que no partimos de la nada. Nos mueve el afán de trascender el cúmulo de instituciones que la modernidad nos impuso en múltiples presentaciones. Las carencias, errores y alienaciones del sistema educativo tradicional nos permitió plantear un ejercicio de escuela, o contra escuela, al decir del gran Eduardo Galeano, en los espacios de la Casa del costurero de los sueños emancipatorios.
En
principio, identificamos a la auto formación como un proceso
transversal a toda nuestra experiencia organizativa, insistiendo y
agitando a través de foros y seminarios, talleres, círculos de lectura,
conferencias en vivo y en directo para estimular la conversa caliente, o
través de lo virtual, adaptándonos a los nuevos lenguajes.
Seguidamente,
nuestro horizonte de vivir y crear una experiencia de autogobierno nos
hizo escribir las primeras líneas de un proyecto de escuela desde
nuestro espacio, al cual llamamos la multiversidad:
un instrumento formativo con y para el pueblo organizado, (...) que no reproduzca la colonialidad del saber (...) un sistema integral e integrado, que de cuenta del derrumbe de las barreras disciplinarias y que (nos) forme desde el y para el trabajo, generando conocimiento socialmente útil. Por eso quizá no pueda ser una universidad, y vaya un poco más allá, propiciando la ecología de saberes, dialogando como iguales con el conocimiento que produce el mundo. ¡Multiversidad sería! porque es multívoca la palabra que construye, es colectiva y a su vez tiene un fuerte componente que nos invita a reinventar el poder. (VVAA, Escuelita Kostu Documento Preliminar, 2016. Documento sin publicar. )
Por
ello, creemos necesario insistir en la constitución de una red de
experiencias educativas en torno a la organización comunal, que funcione
como un sistema libre de asociación e intercambio de saberes, donde
nuestras niñas, niños y adolescentes puedan ser reconocidos como sujetos
de derecho, su voz tenga valor, sus decisiones, rango de acción, su
liderazgo se forme con plena conciencia de su voluntad de poder.
Hemos pensado una red de experiencias educativas planeada en forma de espiral, donde participen, en principio, las comunidades de aprendizaje y unidades productivas conformadas en los siguientes núcleos de desarrollo comunal:
- La casa del costurero, por su experiencia en la construcción de la multiversidad y reconocido espacio formativo cultural de la Comuna Bicentenaria 16 de septiembre (edo. Mérida).
- Comuna Che Guevara, proceso de organización campesino alrededor de su EPSD y de la cooperativa COLIMIR (en la localidad de Tucaní, municipio Caracciolo Parra Olmedo, edo. Mérida).
- Comuna El maizal, por su aporte al reconocimiento de niños y niñas, maizalitos, como base fundamental de la organización comunitaria, así como su experiencia en la Escuela de Formación política, ideológica y técnica (municipio Simon planas, edo. Lara).
- Instituto agro ecológico latinoamericano Paulo Freire, tomando en cuenta la experiencia de la Escuela itinerante decolonial y el reconocimiento de la infancia como elemento medular para el proyecto comunal bolivariano y rodrigueano (municipio Barinas, edo. Barinas).
Una
red educativa comunal que no se circunscribe a un solo territorio, que
contempla el desplazamiento, del centro del país al occidente, de la
sierra nevada a los llanos, hasta llegar la Sierra de los humocaros. En
vinculación directa con el parlamento comunal, para el seguimiento de
sus procesos y transformación de las instituciones comunales. Donde cada
sujeto vaya moldeando su malla curricular de acuerdo a sus acciones,
discursos, experiencias. Donde construyamos o ayudemos a crear, un
sistema público en línea de experiencias educativas comunales, para su
acreditación y certificación.
Algún
ejemplo debemos aportar como movimiento comunal, comunero, a la
valorización de la infancia y la adolescencia como política de cuidado
colectivo. Partamos de estos acumulados organizativos, ejemplos de
socialismo, para echar a andar un sueño consciente. La decadencia del
sistema educativo liberal burgués, profundamente colonizado, racista,
moralista y machista, se aprecian en las marcas de la desocupación, en
el abandono del campo, en el triunfo del micro tráfico y en la deserción
desmovilizadora y despolitizadora.
Escuchemos y aprendamos de nuestras comuneritas y comuneritos, garantía de más poder para el pueblo.
Xavier Rodríguez.
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