Todos
sabemos hasta que punto la revolución cubana y el pensamiento de
Fidel Castro ha bebido de las teorías del materialismo dialéctico,
Del marxismo leninismo. Pero el verdadero sustrato de la revolución
cubana, y sus referentes históricos, han de hallarse, si los
queremos buscar, en el pensamiento libertario de José Martí, que es
lo mismo decir que en el pensamiento Bolivariano.
José Martí ideólogo héroe y apóstol de lucha de independencia
de Cuba, desde joven tuvo oportunidad de conocer el proceso
emancipatorio Gran Colombiano liderado Por el libertador Simón
bolívar, que, tuvo un gran efecto en el joven Martí. En una
alegoría escrita posteriormente por Martí se refleja el amor
profesado hacia el libertador Posterior ,cito “…Todos los
americanos deben querer a Bolívar. A Bolívar, y a todos los que
pelearon como él, porque la América fuese del hombre americano. A
todos: al héroe famoso y al último soldado, que es un héroe
desconocido. Hasta hermosos de cuerpo se vuelven los hombres que
pelean por ver libre su patria…” La admiración del
Apóstol de la revolución cubana por Bolívar se hizo aún más
patente a su llegada a Venezuela en 1881, donde, buscando la
memoria del libertador logró profundizar no sólo en su
pensamiento, sino también en su accionar revolucionario. De Bolívar
escribiría Martí “Pensar en él, asomarse en su vida, leerle
una arenga, verlo deshecho y jadeante en una carta de amores, es como
sentirse orlado de oro el pensamiento. Su ardor fue el de nuestra
redención, su lenguaje fue el de nuestra naturaleza, su cúspide fue
la de nuestro continente: su caída para el corazón. Dícese
Bolívar, y ya se ve delante del monte al que, más que la nieve,
sirve el encapotado jinete de corona, ya el pantano en que revuelven
con tres repúblicas en el morral, los libertadores que van a rematar
la redención de un mundo. ¡Oh no! en calma no se puede hablar de
aquel que no vivió jamás en ella: ¡De Bolívar se puede hablar con
una montaña por tribuna, o entre relámpagos y rayos, o con un
manojo de pueblos libres en el puño y la tiranía descabezada a los
pies...! Ni a la justa admiración ha de tenerse miedo, porque esté
de moda continua en ciertas especies de hombres el desamor a lo
extraordinario; ni el deseo bajo del aplauso ha de ahogar con la
palabra hinchada los decretos del juicio; ni hay palabra que diga el
misterio y fulgor de aquella frente cuando en el desastre de
Casacoima, en la fiebre de su cuerpo y la soledad de sus ejércitos
huidos, vio claro, allá en la cresta de los Andes, los caminos por
donde derramaría la libertad sobre las cuencas del Perú y Bolivia.
Pero cuanto dijéramos y aun lo excesivo, estaría bien en nuestros
labios esta noche, porque cuantos nos reunimos hoy aquí somos los
hijos de su espada.” y aunque la Estadía de Martí en nuestro
territorio fue breve debido a la intolerante postura del general
Antonio guzmán Blanco que censurase la publicación fundada por él
que llevase por nombre de “ El Venezolano”, este periplo
de seis meses por tierras venezolanas insufló el ánimo del
estadista, poeta, periodista y revolucionario cubano , para
consolidar lo que se venía fraguando desde hace una década atrás
en 1871 con la creación del partido revolucionario de Cuba, cuyo
fin principal era darle la independencia a su nación. Pero
precisamente por la influencia de Bolívar y su visión
integracionista, sabía Martí que la independencia de su isla estaba
ligada intrínsecamente a la liberación de los territorios
hermanos, como es el caso de Puerto Rico, es así como concibe que
la lucha por la emancipación cubana debe ir más allá y abarcar
regiones vecinas. Hacia allá apunta su pensamiento y su accionar. Y
hasta el final de su vida habría de seguir a Martí el ideario que
lo Identificaba a Bolívar y a los más grandes hombres de la
emancipación de América. Por eso, comenzada la guerra decisiva por
la liberación de su patria y ya en los campos donde se libraban
batallas, escribe lo siguiente: “Ya estoy todos los días en
peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber -puesto que lo
entiendo y tengo ánimos con qué realizarlos- de impedir a tiempo
con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los
Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras
de América”.
Al igual que Bolívar, Martí comprendió muy bien el peligro que
suponía para la integración de los pueblos las crecientes
ambiciones expansionistas del emergente imperio norteamericano, y así
como Bolívar en una carta escrita en 1828 al encargado de negocios
de su majestad británica profetizaba que “Los estados unidos de
Norteamérica parecen estar destinados por la providencia para plagar
la América de miseria en nombre de la libertad”. El Apóstol
cubano años después en el marco de la celebración de la primera
conferencia panamericana realizada entre el 28 de septiembre de 1889
y el 31 de agosto de 1890, alertaba sobre el peligro que suponía los
anhelos Hegemónicos del imperio del Norte y de los lacayos internos
que servían ayer como lo hacen hoy a los intereses del mismo. En ese
congreso de naciones americanas -dice-“,…. donde por grande e
increíble desventura, son tal vez más los que se disponen a ayudar
al Gobierno de los Estados Unidos a apoderarse de Cuba que los que
comprenden que les va su tranquilidad y acaso lo real de su
independencia en consentir que le quede la llave de la otra América
en estas manos extrañas. Llegó ciertamente para este país (EE.UU.)
apurado por el proteccionismo la hora de sacar a plaza su agresión
latente, y como ni sobre México ni sobre Canadá se atreve a poner
los ojos, los pone sobre las islas del Pacífico y sobre las
Antillas, sobre nosotros”. Ambos libertadores comprendieron que
la libertad plena de los territorios Gran colombianos, nuestro-
americanos, serían en lo sucesivo, una guerra en contra de los
intereses expansionistas de Los Estados Unidos de Norteamérica.
He aquí la génesis del pensamiento Ideológico del Comandante Fidel
a quien homenajeamos hoy. Su obra En Cuba, en América, en el mundo,
representa la síntesis del ideario Martiano y bolivariano, que son
uno mismo en su esencia. La integración de las naciones
latinoamericanas ha sido eje medular en las doctrinas filosóficas
de uno y otro. En Bolívar Martí y Fidel se nos presentan tres
contextos históricos, tres tiempos históricos entrelazados pero
también tres elementos comunes que le han dado fisionomía a las
luchas de emancipación Nuestro-Americanas: el carácter anti
imperialista, la integración de los pueblos y la toma de las armas
como medio para la liberación y nunca, como herramienta para la
colonización, el expansionismo y la subyugación de los pueblos. El
pueblo Cubano de la Mano de Fidel ha sido posiblemente la nación que
más ha hecho por la integración de los pueblos del mundo Durante el
siglo XX y lo que va del presente siglo. Fidel amalgama los
postulados integracionistas de Bolívar y Martí, y los pone en
práctica para beneficio de la humanidad mediante el
internacionalismo como propuesta frente a los principios
individualistas y chovinistas de la sociedad capitalista. Basándose
en la máxima de José Martí “Patria es humanidad”, Fidel
castro hizo de la solidaridad internacionalista un pilar de la
política cubana.
Al
lograr una segunda independencia para el pueblo de Cuba, el padre de
la revolución cubana, convirtió a esta pequeña isla en extensión
geográfica pero enorme en Voluntad, en un faro de luz para para los
pueblos oprimidos. El apoyo a los muchos movimientos revolucionarios
e independentistas en regiones como América Latina Asia y África
dan cuenta de ello. Del mismo modo Cuba desempeñó un papel clave en
la lucha contra el apartheid y mandó a cerca de 300.000 soldados a
Angola entre 1975 y 1988 para hacer frente a la agresión del
ejército supremacista de Sudáfrica. Al respecto diría el
Comandante Fidel en el discurso de la clausura del Primer Congreso
del Partido Comunista de Cuba, celebrado en el Teatro "Carlos
Marx", 22 de diciembre de 1975 “Algunos imperialistas se
preguntan por qué ayudamos a los angoleños, que qué intereses
tenemos nosotros allí. Ellos están acostumbrados a pensar que
cuando un país hace algo es porque está buscando petróleo, o
cobre, o diamante, o algún recurso natural. ¡No! Nosotros no
perseguimos ningún interés material, y es lógico que los
imperialistas no lo entiendan, porque se guían por criterios
exclusivamente chovinistas, nacionalistas, egoístas. ¡Estamos
cumpliendo un elemental deber internacionalista cuando ayudamos al
pueblo de Angola!”.
Ni que decir del apoyo prestado en materia de educación a las más
vario pintas naciones en todo el mundo, la masificación de la
educación y del conocimiento entendido como un principio fundamental
de emancipación del individuo y las sociedades, es otro de los ejes
transversales del pensamiento bolivariano y martiano que se
materializa en el accionar revolucionario de Fidel. Bolívar decía
que “nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza”
y que “Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia
destrucción”, otro tanto decía Martí “Todo hombre tiene
derecho a educarse y en pago contribuir a la educación de los
demás”. Fiel a esta ideología de la necesidad de una
educación liberadora, la Cuba de Fidel ha llevado como ningún otro
país en términos cuantitativos y cualitativos la educación hasta
los más inexorables rincones del planeta, desde el año 2003 según
cifras de la UNESCO el programa Yo si puedo permitió que
nueve millones de personas de cinco continentes diferentes
aprendieran a leer y escribir. Esta es la visión más acabada del
pensamiento de Bolívar y Martí.
Quisiera culminar esta intervención con una frase de Fidel que
sintetiza nuestras luchas históricas, nuestros triunfos como pueblos
hermanos, pero sobre todo lo que aún, de la mano de ese gigante que
a su vez fue el reflejo de los dos Libertadores en sustentó su
pensamiento y su acción, nos queda mucho por hacer.
“Nosotros, que venimos de atrás, que fuimos conquistados, que
fuimos explotados, que fuimos esclavizados a lo largo de la historia,
¡qué ideas maravillosas podemos defender hoy, qué ideas tan justas
pueden ser nuestras ideas! Y podemos pensar en términos
latinoamericanos y hasta en términos mundiales: ¡Qué lejos hemos
llegado los esclavos!”
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