jueves, 31 de julio de 2014

A la comuna. Por: Xavier Rodríguez



Las líneas que siguen las redacto luego de llegar El vigía, donde nos encontrábamos participando en el 8vo encuentro de comuneros y comuneras del estado Mérida. Cuando digo nos encontrábamos, hago referencia a muchos colectivos y movimientos sociales, sin duda, pero especialmente viajamos por la Casa del Costurero de los Sueños Emancipatorios, por la Escuela Popular de Comunicación y por Tatuy Televisión Comunistaria, el compañero Carlos Rivas, Fabricio Martorelli y mi persona.

Nuestra participación, como en el anterior encuentro realizado en Mesa Bolívar, estuvo supeditada a la mesa de comunicación que se viene impulsando, y que sin prisa pero sin pausa, ha venido cosechando algunos triunfos al impulsar una red de comunicador@s populares, que piensen y accionen un consejo editorial comunero y un sistema de comunicación libre y militante desde las bases. Algunas tareas se asumieron para consolidar la red, y poder impulsar con mayor eficacia nuestros mensajes, tomando en cuenta las particulares de nuestros entornos, así como los medios y herramientas que tengamos a la mano.

A propósito de esto último, como ya viene siendo costumbre, no nos quedamos solo teorizando, la noche del sábado 26, se impartió un taller sobre producción de micros radiales, donde se intercambiaron experiencias y se produjo un micro sobre la organización comunal.

Al día siguiente la asamblea plenaria se desarrolló en los predios de la antigua Hacienda La Fortaleza, hoy día transferida a la Comuna Agraria Guacharé. Allí, un vocero de cada mesa de trabajo expuso ante comuneros y comuneras los acuerdos y tareas asumidos para la consolidación, de eso que hemos convenido en llamar, la nueva hegemonía comunal. Nos veremos nuevamente en Santa Elena de Arenales para una sesión especial de la mesa de comunicación, en el marco de una cayapa comunicacional que ayude a consolidar nuestra red de comunicador@s populares, nuestras escuelas-medios, nuestros productos comunicacionales desde las bases.

Finalmente, a tod@s los que hicieron posible este encuentro, mi más cordial abrazo por redoblar sus esfuerzos en función de la comuna. ¡Venceremo
s!

miércoles, 9 de julio de 2014

Lenguaje y Poder: Apuntes para consolidar la hegemonía comunal. Por Xavier Rodríguez


Para construir de este texto tengo que agradecer a l@s compas que participaron en las 1eras Jornadas para una política comunicacional comunera; a l@s comuner@s de los Andes que participaron en la mesa de comunicación del encuentro de Mesa Bolívar, así como a l@s compañer@s del 1er encuentro de gobiernos comunitarios realizado en el Edo. Vargas. 

Ojalá estas pocas líneas puedan ayudar al lector –y a mí mismo– a responder una pregunta fundamental ¿para qué estoy comunicando? Realizo la pregunta en primera persona, aunque bien vale formularla en función del común, pues el texto que sigue pretende poner sobre el tablero de juego, una serie de propuestas, cuestionamientos y desafíos que nos atañen al movimiento popular nuestro americano: la construcción de una nueva hegemonía desde el quehacer comunal, es decir, continuar nuestro ataque letal al viejo estado burgués, para que muera de una vez, mientras hacemos de parter@s al nuevo estado comunal. Para ello, voy a servirme de una serie de postulados y estrategias desde el ámbito de la comunicación popular. 

1.En medio de la guerra 

 En Venezuela, nos encontramos en plena resistencia cultural, pues incesantemente somos bombardeados por las bases mediáticas del capitalismo mundial: reservas de petróleo y agua son objetivos militares. 

En este sentido, la guerra –de la comunicación mediática–, signada por un avasallante flujo de información, se basa mayoritariamente en posicionar “la crisis, el colapso, la descalificación, la agudización del conflicto, el desmoronamiento del país”; revísese por ejemplo, cada uno de los análisis de las matrices comunicacionales efectuados por Misión Verdad, en lo que va de la primera mitad del año. A vuelo de pájaro, la gran mayoría de los videos que se publicaron durante y posterior a las guarimbas, crearon por un momento, una fragmentación de la realidad, resemantizando cada una de las acciones violentas, colocando a los guarimberos como libertadores del país, cuando en verdad estaban haciendo todo lo contrario. 

Partamos del hecho de que la comunicación es transversal a todos estos hechos, por tanto, una palabra, una imagen, un símbolo en medio de esta lucha política es de vital importancia para asegurar que el poder del capital garantice su supervivencia. En este sentido, algunas de las debilidades que afronta el incipiente estado comunal para consolidar su hegemonía, radican en su impacto en los escenarios propios de la comunicación mediática, pues si bien el movimiento popular aspira a construir un nuevo paradigma de comunicación, partiendo de la comunicación popular como proceso medular, también es cierto que no puede descuidar sus productos comunicacionales de cara a esta guerra de 4ta generación. 

Entre las dificultades identificadas, la más importantes está en creer que la comunicación radica solo en tener los medios, desatendiendo la utilización de las herramientas mediáticas para producir contenidos conscientes y pertinentes al proceso revolucionario, lo cual incide de manera directa en la producción de contenidos y en el poco alcance de nuestros mensajes. Precisamente, la comunicación popular busca rescatar la comunicación como un acto esencial del ser humano, donde las herramientas tecnológicas básicas, como el teléfono celular, pueden potenciar el empoderamiento de ciertos procesos mediáticos, lo cual nos llevará a reflexionar en determinado momento sobre qué estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo. Es esta reflexión inherente al andar lo que nos hace reparar en nuestras necesidades formativas y el poder de nuestros discursos, pues si carecemos de esta reflexión, difícilmente podamos potenciar nuestros mensajes, entendiendo que es importante conocer la intencionalidad del mensaje, elegir las palabras exactas, la prosodia, su producción y su consecuente distribución (radio, tv, internet, prensa, mural, entre otras). Sabemos que aún nos falta mucho por consolidar en el camino de la alfabetización tecnológica, y sobre todo en el campo audiovisual, pero para decodificar el lenguaje de los medios y producir mayor y mejores productos comunicacionales es necesario incrementar el hábito de la lectura y la escritura, pues su carencia conspira contra la formación de nuestros cuadros, y por ende, la consolidación de una crítica bien precisa contra nuestro enemigo histórico, el capitalismo. En la medida que profundicemos en nuestra formación, podremos ir saldando la carencia de metodologías claras para la transferencia efectiva del conocimiento técnico. 

Ahora que hablamos de nuestros enemigos históricos (oligarquía, burguesía), la otra gran dificultad refiere a la hegemonía comunicacional que ellos detentan, que simbólicamente identificamos con un paradigma comunicacional estéticamente bien definido y con una profunda siembra de anti valores, que entre otras cosas, podemos apreciar en la repetición del modelo por parte del Sistema Nacional de Medios Públicos. No vamos a detenernos en este punto, pues bastante se ha escrito al respecto, solo queremos agregar que si a este panorama le sumamos la poca o casi nula activación de los comités de usuarios (revisión permanente del discurso de los medios, de su lenguaje violento, de su incitación a la violencia, de su interpretación deliberada de los hechos), y la presencia de medios comunitarios de palabra y no de acción, que solo encubren el modelo del capital, podemos identificar que tenemos tantos enemigos dentro de nuestras filas, como los que abiertamente nos adversan. 

2. Nuestro arsenal (Tácticas y Estrategias) 

En base a lo anterior, el horizonte de la comunicación popular es la consolidación del estado comunal. El reconocimiento de nuestras identidades comunitarias-culturales, el tener consciencia de nuestra diversidad, ese querer deslastrarnos del epistemicidio (Boaventura de Souza dixit), tributan a concebir nuestras acciones de lucha como una actitud ante la vida. La comunicación popular construye herramientas para avanzar en el debate necesario, pues viene creando plataformas propias de las dinámicas de los movimientos sociales, de las instancias del poder popular, por ello, la mayor fortaleza radica en reconocernos, nuestra habla, nuestros códigos (campesinos, barriales, de género, indígenas, entre otros) los cuales tienen una relación directa con la intencionalidad de nuestros mensajes. 

Esa visión crítica de los medios de comunicación hegemónicos acompañada de creatividad, de consciencia de clase, empieza por cuestionar los discursos de la opinión pública, de la lógica del sentido común. Por algo comienzan a replicarse las escuelas itinerantes de comunicación popular a lo largo del continente, lo cual intenta romper con la idea de lo mediático como única acción valida. 

Es por ello, que los desafíos para construir la nueva hegemonía van en la línea de ser mejores escuchadores y observadores como pueblo, para poder decodificar los discursos de la opresión. Es necesario desde la comunicación popular visibilizarnos como pueblo organizado, es verdad que es ineludible mostrar las comunas y consejos comunales desde un punto de vista cuantificable, pero también es necesario mostrar la realidad más allá de la ciudad, reconociendo la comunicación ancestral de nuestros pueblos, comprender los procesos de comunicación en comunidades campesinas y comunidades indígenas que son tan distintas a las comunidades en el ámbito urbano. 

Es preciso el boicot al gran capital, a través de la resemantización del comercio nacional e internacional, su lógica deshumanizada, visibilizar a los rostros de los oligopolios, sus tentáculos en diversos procesos del capitalismo financiero, sus vinculaciones con financistas internacionales, las estadísticas que se esconden tras su supuesta producción, pongamos por caso a las Empresas Polar y su producción de alcohol, el caso de Agroisleña y sus semillas transgénicas. Haciendo del humor, la ironía y el sarcasmo elementos beligerantes.

De vital importancia se nos presenta captar con mayor efectividad a los sectores infantiles y juveniles, pero creemos que en la medida que se incentive la formación permanente en todas las instancias del poder popular, para lograr que las comunidades se empoderen de las herramientas, conocimientos y medios comunitarios donde los haya, podremos acercar de manera efectiva a l@s cham@s pues no debemos despreciar el factor local como un elemento determinante. 

Para construir un sistema de comunicación libre y militante desde las bases, sin tutelajes de ningún tipo, todavía faltan muchas tareas por cumplir, preocupémonos por construir una ética de la comunicación popular en concordancia con el Plan de la Patria y el equilibrio Pachamericano, que profundice una mayor mística de trabajo, una mayor coherencia entre nuestros discursos y nuestras acciones. 

¡Comuna o nada!