viernes, 24 de marzo de 2017

Breve crónica desde Venezuela.

 Por: Jonathan López 


"¿Por qué vais a Venezuela? Si no hay comida, os van a atracar, os van a matar, la policía os va a robar, etc." - nos dijeron.

Me encuentro actualmente en la La Casa del Costurero, un proyecto comunal y social del barrio de Santa Elena, en la ciudad de Mérida, la ciudad más bonita de Venezuela (a mi juicio). Ubicada en las montañas, en la región andina, donde hemos pasado de sudar en la playa a pasar frío en la montaña.

Pasar varios días en esta casa me ha permitido acercarme un poco más a la realidad del país y a los planteamientos revolucionarios. Y sobretodo conocer a personas que desde su barrio luchan y se esfuerzan por crear proyectos sociales y aportar un valor a la comunidad.

Después de 21 días en Venezuela no puedo decir que conozca demasiado el país, ni tampoco me atrevo a hacer una radiografía de su situación actual. Pero puedo decir algo: Venezuela nos ha encantado. Es cierto que el país atraviesa una crisis importante, pero si lo comparamos con el estado de otros países de Sudamérica, no nos parece tan grave. El dinero en efectivo, la inflación y la escasez de algunos productos es uno de los detalles que uno puede percibir. Sí me atrevo a afirmar que las noticias que llegan a España sobre Venezuela son exageradas o son simplemente mentira.

Pero no escribo esto para hablar de los problemas del país, de los que tengo escaso conocimiento. Nuestro breve paso por el país ha estado plagado de buenos momentos y gente hermosa. Los venezolanos y venezolanas son personas maravillosas, educados, amables y alegres. Nos decían, no hables con nadie, no te dejes ayudar, que no vean que sois extranjeros, no hables de política, etc. Pero hicimos todo lo contrario. Nos subimos a coches de desconocidos, hablamos con todo el mundo, hablamos de política y nos dejamos ayudar por mucha gente. Siempre nos trataron con atención, educación y amabilidad al vernos extranjeros. Incluso la policía.

Es un país increíble lleno de bellezas naturales que alberga diversos climas, desde sabana, selva, llano, alta montaña, playas paradisíacas y desierto. Como dije, las personas son hermosas en todos los sentidos, alegres y con una forma de hablar que me encanta. La comida es excelente, y nos hinchamos de comer! A diferencia de otros países del continente, Venezuela es un país más ordenado en muchos sentidos y las personas son tranquilas y pacientes. Y a pesar de la crisis y las carencias, mantiene una importante infraestructura de servicios sociales y públicos que otros países no tienen ni en sueños.

Antes de terminar, mientras desde España se habla de presos políticos en Venezuela, si es que los hay, debo recordar que en España se está condenando a cantantes y twiteros por hacer chistes de Carrero Blanco o canciones sobre el rey.

Quería escribir esto un día antes de cruzar la frontera con Colombia. De paso para dar noticias de que sigo vivo y aún no me han matado en Venezuela.

Lo más claro que puedo decir de Venezuela es que nos vamos con pena, con pena por no haber pasado más tiempo ni visitado mucho más el país en profundidad. Y con pena de no pasar más tiempo en Mérida con los compañeros de la Casa del Costurero y poder haber colaborado con sus proyectos.

Hasta pronto, Venezuela.


jueves, 23 de marzo de 2017

El guiso de los medicamentos en Mérida. Por Lenin Altuve.

Mérida, febrero, 2017.
Crónica de un calvario:
El día 13 de febrero me acerqué a la sede de Fundafarmacia ( red de farmacias sociales) con el fin de investigar y corroborar una información de un allegado que me notificó de una supuesta irregularidad en la oferta de medicamentos en este establecimiento. La denuncia consistía en que, al parecer un medicamento que esta persona necesitaba aparecía en la data del portal web de la cadena farmacéutica que es subsidiada por el Estado venezolano, pero que al ir a solicitarla, el personal negaba tenerla en el inventario; además de esto me aprestaba a investigar la delicada denuncia de varias personas que contacté, las mismas me participaron que a ciertas horas especificas, unas personas fuera del establecimiento recibían unas bolsas con lo que parecía ser una importante cantidad de insumos médicos, cosa por demás sospechosa. A eso de las dos y media de la tarde ingresé a la casa farmacéutica y solicité el medicamento que me había indicado el compañero para comprobar su disponibilidad, ya que efectivamente en el portal web aparecía en existencia, Tal cual me describió la fuente, el personal me notificó que no tenían en existencia el medicamento. Salí de la farmacia y con el objetivo de comprobar por mi mismo la historia sobre las supuestas personas que recibían al parecer de forma clandestina los paquetes sospechosos todos los días a eso de las 3 de la tarde, me senté muy cerca de la farmacia a esperar cual detective, cuando de repente recibí una llamada que sin saberlo, me iba a obligar a vivir en carne propia el calvario del guiso de los medicamentos en Venezuela. Esta es la crónica vivida por mí y que relato con conocimiento de causa.
La llamada era de mi esposa, que a la sazón estaba realizándose una ecografía ya que contaba con 9 semanas de embarazo “El bebé sufrió un infarto dentro del útero y no tiene signos vitales…” Me trasladé de inmediato al Centro Obstétrico (postergando de inmediato la investigación a la que me avocaba). No voy a relatar el impacto emocional y el dolor que nos causó esta noticia inesperada, ya que, los que han vivido esta situación saben lo que se siente, y los que no, se la imaginan. El informe de la especialista rezaba así:
CONCLUSIÓN: Embrión muerto retenido de 9 semanas.
CAUSA: Ausencia de cuerpo lúteo gestacional en ovarios.
Se sugiere evacuación uterina realizada por especialistas.
Allí comenzó la Odisea. De inmediato nos dirigimos con el informe médico a la sede del Seguro Social (I.V.S.S) ubicado en la AV. Las Américas; después de esperar aproximadamente una hora en la sala de emergencias, muy amablemente nos atendieron y sometieron a mi esposa a una revisión. Nos notificaron que para realizarle la intervención era necesario una cantidad de exámenes, una serie de insumos y principalmente un medicamento especial de nombre Misoprostol o en su ausencia Cytotec (que se encargan de dilatar el cuello uterino y generar contracciones en el útero para generar la expulsión del feto), y que debíamos obtenerlo lo más rápido posible ya que el feto llevaba varios días fallecido dentro del vientre y eso podía ser peligroso para la salud de mi esposa, también nos dijeron que no podían dejarla en observación ya que no había camas disponibles, y nos sugirieron visitar otros centros asistenciales públicos “a ver si teníamos suerte”. Lo primero que hicimos fue preguntar, informe en mano en el laboratorio del seguro social si estaban los reactivos disponibles para los exámenes pertinentes, la respuesta fue negativa; luego nos trasladamos al Hospital Universitario HULA en la Avenida 16 de Septiembre, la respuesta fue igual, no hay medicamentos, ni reactivos, ni camas.
Con la zozobra característica de quien atraviesa por estas situaciones y la esperanza de pasar lo más rápido posible por este penoso momento, envié a mi esposa a que intentara recibir atención en distintos centros asistenciales, mientras yo me avocaba a buscar los insumos y, en especial, el medicamento necesario para realizar la intervención. La respuesta luego de prolongadas esperas en todos los centros de atención médica fue idéntica, CAMIULA, Hospital Sor Juana Inés de la Cruz y Maternidad de Ejido “no hay insumos, ni camas disponibles!” Yo por mi parte recorrí todas las farmacias de la ciudad que me dio tiempo de visitar ya que para ese momento era tarde en la noche, sin suerte, nuevamente la respuesta que escuchaba una y otra vez era la misma; palabras más palabras menos, los trabajadores de las farmacias me informaban que ese medicamento estaba agotado en Venezuela, una de las personas que atendía me dijo que el medicamento lo fabricaba Laboratorios Pfizer y hace tiempo que no llegaba. De nueve farmacias que visité, en cuatro de ellas me dijeron algo que me hizo sentir consternado; luego de darme la negativa de la existencia del medicamento cada uno de los trabajadores como si de una puesta en escena ensayada por ellos al unísono se tratase, me llamaron aparte y me dijeron en voz baja que sabían de alguien que vendía las pastillas por fuera otro precio y que si quería me daban el número de teléfono, las dos primeras personas que me dieron esa alternativa les respondí con un ¡NO GRACIAS! Que mostraba una mezcla de desprecio e indignación por la situación. Luego, a las otras dos personas que hicieron lo mismo les acepté el número que me ofrecían, no sin sentir rabia y esperando no tener que llegar a eso. Frustrados y cansados nos dirigimos a nuestro hogar a descansar esperando tener suerte a la mañana siguiente.
Por recomendación de un familiar llamé al -0800 farmacia-, esperando obtener información de donde podía ubicar el medicamento. El operador que me atendió, fue muy paciente y cordial, me dijo que el medicamento se podía encontrar en las redes de farmacias Farmabien; me trasladé hasta las dos sucursales que hay en la ciudad; la respuesta… Negativa, al decirles que cuando llamé me remitieron a esas farmacias me dijeron que buscara en la pagina web de la farmacia para que corroborara que efectivamente no tenían al medicamento. Pero cosa curiosa, una de las muchas personas de nuestra familia y amigos que estaba buscando por cielo y tierra el medicamento, pudo contactar a una persona que laboraba en esta farmacia y que le dio la siguiente información “ese medicamento si llega pero el dueño no lo saca a la venta porque por fuera lo puede vender mucho más caro”, sin poder corroborar esta información y sin tiempo para hacerlo, seguí buscando en otras farmacias. Recorrí más de 25, la respuesta ya se la pueden imaginar.
Cabe destacar que el precio que me dieron de las venditas pastillas estaba entre 800 y 1500 bsf el blíster o frasco dependiendo de la presentación, y el médico nos había pedido 6 pastillas, cansado, desilusionado y asombrado de que en no menos de 10 establecimientos me ofrecieran el número de teléfono de alguien que aseguraban tenía las pastillas, y con el tiempo que apremiaba, decidí llamar a varios de ellos; mi sorpresa fue que todos nuevamente esbozaban más o menos el mismo discurso: “ las pastillas no las tengo yo, son de un primo.. Una prima, un amigo, un conocido, las vende individuales…” algunos me dijeron que las pastillas estaban fuera del blíster o empaque, y su precio oscilaba entre los 20 y 25 mil bsf. Es decir que debía contar al menos con 120 mil bsf, para compras unas pastillas de dudosa procedencia que en las farmacias debían tener un precio no mayor a los 1500bsf. Con miedo, indignación, rabia y mucha preocupación, luego de conseguir prestado el dinero, decidimos arriesgarnos en razón de la necesidad del momento a tranzar cual compradores de drogas ilícitas para obtener del medicamento, llegando a un kiosco de revista del centro de la ciudad con efectivo en mano, identificándome y preguntando por la persona que debía tener las pastillas, arriesgando a que me timaran o me robaran, pero aún peor, con el riesgo de que las pastillas no fueran verdaderas y causarle un daño mayor a mi esposa.
En resumen las pastillas resultaron ser las que pedían, a mi esposa no la pudieron atender en el centro asistencial y la mandaron a provocarse el aborto en su casa, y luego a regresar para el curetaje o legrado, y gracias a la providencia logramos salir bien de esta odisea.
Conclusiones: La situación actual de escases en rubros como los medicamentos en nuestro país más allá de la responsabilidad que tiene el Estado y la dinámica económica actual, tiene mucho que ver con el modo antiético que hemos adoptado los venezolanos para palear la coyuntura económica. El guiso, la viveza, el vivalapepismo, el amiguismo, el hacerse la vista gorda etc. Se ha enquistado en nuestra sociedad como antivalores, creando un círculo vicioso que obliga de una u otra manera a los ciudadanos a navegar entre esas aguas o a morir ahogado en ellas. Cuando mi esposa se trasladó a la maternidad de Ejido había una mujer joven de unos 24 años de edad con dos hijos a cuesta pasando por la misma situación que nosotros, con el agravante de que tenía mas de una semana con el niño muerto en su vientre, se veía desesperada y a todas luces de muy bajos recursos, en la maternidad no le dieron respuesta, ni la remitieron a ningún otro centro de asistencia, en sus ojos se veía la desesperanza del no saber que hacer. Quien sabe que sería de esa muchacha. Cuando nos dijeron en el Seguro Social que no había reactivos, mi esposa contactó a un familiar que trabaja en el laboratorio y por medio de ella le pudieron hacer los exámenes, eso quiere decir que los reactivos sí están, pero que los tienen destinados a ciertas personas no sé con que criterios (todos podemos imaginar cuales), de esta manera nos vimos inmersos y fuimos cómplices de situaciones irregulares, el amiguismo, la compra ilícita de medicamentos delicados que sólo deben ser obtenidos en centros especializados y con un récipe especial. Yo me pregunto ¿Son estos antivalores que sin duda alguna pululan en nuestra cotidianidad parte intrínseca de nosotros como cultura?, ¿Nos define? O por el contrario ¿La identidad del ser venezolano (todavía en constante formación) es aquella que le hace un tímido frente? Saquen ustedes sus propias conclusiones.

 

lunes, 13 de marzo de 2017

*¡No quiero show, ni comiquita, aquí está el CLAP que le lleva comidita!*

POR: Elias Sanchez.

 


 

Al cumplirse 1 año de trabajo, luego que nuestro Presidente Nicolás Maduro hiciera el llamado a conformar los Comités Locales de Abastecimiento y Producción CLAP, comparto con ustedes las siguientes reflexiones desde la vivencia personal y colectiva.

La medida de convocar al pueblo a asumir un papel protagónico en el combate de la feroz guerra económica a la que viene siendo sometido, produjo un efecto de remoralización en el seno de las organizaciones de base. Se llamó a la integración de aquellas fuerzas prominentes o quizá de mayor trayectoria en la lucha social cotidiana (Frente Francisco de Miranda, Consejos Comunales, PSUV y UNAMUJER). Como medida de ofensiva revolucionaria, incorporar la participación activa de las comunidades en el combate, imprimió una nueva dinámica en la lucha que venía siendo librada, cosa que según los gringos, había que evitar a toda costa. Podemos leer en la Agenda del Comando Sur contra Venezuela (Operación Freedom 2), documento filtrado hace un año lo siguiente;  "...hay que valorar adecuadamente el poderío del gobierno y su base social, que cuenta con millones de adherentes los cuales pueden ser cohesionados y expandirse políticamente. De allí nuestro llamado a emplearnos a fondo ahora que se vienen dando las condiciones...". Tal fue el efecto de la medida, que la respuesta de los lacayos nacionales no se hizo esperar y aparecieron las primeras pintas de calle direccionadas por sus amos del norte "CLAP=Hambre".

Nuestro presidente, en medio de una crisis del Sistema Eléctrico Nacional, con la caída del ingreso petrolero y con la oposición envalentonada por el reciente triunfo electoral por la Asamblea Nacional; logra de esta forma aglutinar al chavismo y prepararlo para las tareas encomendadas con urgencia: El Abastecimiento y la Producción.

Una vez hecho el llamado a constituir los comités e iniciados los primeros movimientos en la base del chavismo, se promovió la formación política y técnica para definir el funcionamiento de los CLAP. Se recibió instrucción sobre su conformación, pasando por ¿Cómo determinar el consumo de alimentos en cada comunidad, por rubro, por contenido nutricional? (a fin de planificar el abastecimiento local) hasta talleres para realizar contraloría social y buena atención al público. El resultado, es que no todo lo repasado en la teoría se aplicó. Por poner un ejemplo: La comida que se ha distribuido en combos ya viene preestablecida y en nada incide el diagnóstico que haga la comunidad.

Luego del proceso de formación política, que debió ser obligatorio para todos los miembros de los CLAP, se dio inicio al proceso de registro, el cual permitiría a cada CLAP disponer de un código para su efectivo reconocimiento en el terreno. Este registro implicaba vaciar en un sistema informático nacional, los datos de los responsables del CLAP, los jefes de calle, el ámbito geográfico y toda la información correspondiente a los censos de la comunidad. Este proceso de registro no ha sido concluido. Dicho registro, de completarse, debería servir para asegurarse que una misma familia o miembros distintos del mismo núcleo familiar, no sean beneficiados en dos CLAP diferentes.

Con el decreto de Estado de Excepción y Emergencia Económica, publicado en gaceta oficial No. 6.227 el 13 de mayo de 2.016 y sucesivamente extendido hasta el presente, quedaron definidas algunas de las funciones que cumplirían los CLAP en el combate contra la guerra económica, las cuales pasan por la necesaria articulación con las fuerzas del orden público, asunto que no se ha aprovechado lo suficiente.

Aún cuando los CLAP están enmarcados en una situación de conflicto, bien puede servir la  coyuntura para potenciar el proyecto histórico contenido en el Plan de la Patria, fortaleciendo nuestra independencia nacional y profundizando la construcción del Socalismo Bolivariano, si ponemos el acento en la superación de las siguientes dificultades:


1. Métodos de trabajo: Es necesario que existan métodos de trabajo efectivos y transparentes para que el abastecimiento por medio de las diferentes modalidades de suministro que ha dispuesto el gobierno, sea oportuno y refuerce el trabajo que con esmero desarrollan los líderes comunitarios. En este sentido debe afinarse la forma de trabajar para saber ¿qué llegará?, ¿cuándo llegará? y ¿a quienes llegará?. Hay que combatir la improvisación y la generación de falsas expectativas en las comunidades ya que esto produce un efecto contrario al que se busca con la remediación de las heridas sociales producto de la agresión económica. Se da el caso por ejemplo, de lo que observa cualquier venezolano por televisión, que se reparte en una comunidad caraqueña, y la diferencia en contenido y precio de lo que se reparte en una comunidad de Mérida. Inmediatamente puede surgir la duda y el descrédito hacia los comités en vista de que la expectativa generada no se acompaña del hecho real. Sobre la complicación que deviene en ansiedad y falta de credibilidad con causa principal en la generación de expectativas no satisfechas, agravado con la aplicación métodos de trabajo poco claros, se pueden citar otros ejemplos como el anuncio que se hiciera hace varios meses sobre la llegada de contenedores a Puerto Cabello con artículos de higiene personal para distribuir a través de los CLAP, uniformes que no llegaron a todos los CLAP, por mencionar algunos eventos de este tipo. Igualmente hay que definir los criterios de asignación entre quienes son atendidos vía CLAP y también por vía institucional (Servidores públicos). Estos criterios deben quedar claros para que exista mayor cobertura sobre el territorio, promoviendo la equidad y la justicia social. Una herramienta fundamental para lograr este objetivo, promoviendo la transparencia y confianza del pueblo en la forma como son asignados los combos por parte de la dirigencia gubernamental, tiene que ver con la aplicación urgente de la Ley de Infogobierno mediante una plataforma auditable que permita saber a cuántas familias diferentes se está llegando, con cuáles rubros y con qué frecuencia de atención.


2. Reforzar el direccionamiento político: Los CLAP, como vanguardia comunitaria política, deben precisar la variación en la correlación de fuerzas del sector donde tiene lugar su actividad. En función de ganar terreno en el campo revolucionario es necesario diseñar y ejecutar actividades que politicen aún más su accionar, resaltando las contradicciones entre los dos modelos de país en pugna y la necesidad de continuar profundizando la revolución socialista como única salida definitiva a la crisis actual. Esta tarea bien pudiera acompañarla el PSUV y el GPP con una estrategia pensada de manera colectiva, con los matices propios de cada territorio.


3. Combatir la cultura del rentismo: Ciertamente este aspecto puede sonar contradictorio, toda vez que de los productos que se distribuyen, buena parte de ellos son subsidiados por el ingreso petrolero en divisas preferenciales. Aún así, este hecho no debe pasar desapercibido. Es preciso que el pueblo tome conciencia sobre lo vulnerable de nuestra economía al depender fuertemente del mercado asociado a la exportación del petróleo y que este debate promueva la implementación de nuevas formas económicas, por ejemplo, el desarrollo de actividades productivas para la emancipación de la conciencia con expresiones libres y  asociadas.


4. Productividad: Difícilmente la "P" de los CLAP puede sustituir el aparato productivo de todo el país. Sin embargo, hay que resaltar que esta orientación permite entender la dimensión del problema económico nacional y hace consciente de su corresponsabilidad en la superación del mismo a cada individuo que se apunte a trabajar desde los CLAP. Recientemente el presidente ha anunciado que cada CLAP debe tener al menos un proyecto productivo. Aún no se ha establecido el método de presentación de estos proyectos ni las instancias de gobierno que regirán el proceso y garantizarán el cumplimiento de la política. Lo que se ha observado en buena parte de los CLAP desde su conformación hace un año, es que el interés principal de los responsables de la organización no es la producción. Es la distribución. Adicionalmente en aquellos CLAP que pudiéramos considerar como excepciones a este patrón de  comportamiento, los interesados en producir quedan absorbidos completamente por las tareas operativas del abastecimiento (organización interna, censos, recolección de dinero, búsqueda de flete, distribución, asistencia a reuniones, organización de jornadas de distribución de otros rubros alternativos, etc). Ocurre también que las experiencias productivas en algunos CLAP son promovidas como esfuerzo individual de algún miembro de la comunidad. No se trasciende aún con fuerza hacia las formas asociativas o colectivas de producción como ejemplos concretos, locales, de la modificación de las relaciones de producción que tienen que ocurrir en los esfuerzos incipientes del socialismo en lo local. Este asunto referido a la productividad, varía entre las posibilidades de los espacios urbanos y las que ofrecen los espacios rurales. Sobre esta gama de posbilidades es necesario realizar una planificación que permita abastecer con rubros localmente producidos, lo que es imposible producir y es necesario en otros lugares. Es necesario implementar estas compensaciones creando las instancias para que los CLAP se encuentren y se articulen. Es necesario en este aspecto promover la producción de alimentos alternativos, locales, sanos y soberanos. Hay que pujar para romper con la dependencia y que en algún momento esa misma bolsa o caja que se entrega, contenga productos regionales (harina de plátano, de yuca, frutas deshidratadas, hortalizas y verduras, etc)


5. La participación de los entes gubernamentales: Es fundamental acompañar y reforzar el accionar de los CLAP con la capacidad de gobierno en cuanto a los procesos de fiscalización de las unidades de producción, almacenamiento y distribución de propiedad privada en cada comunidad. Estas unidades no se encuentran en el aire. Pertenecen a un territorio donde en teoría debe existir un CLAP o un consejo comunal. La acción de gobierno tiene que ser efectiva para que dicha unidad privada esté a disposición en primera instancia de los habitantes que le circundan y no solamente al servicio de las redes de comercialización privadas sobre las cuales no hay controles suficientemente efectivos. Repito, en esto debe haber acción contundente, y según el decreto de Estado de Excpeción, los CLAP están facultados para ello, en coordinación con las instancias gubernamentales  (SENIAT, SUNDDE, MPPTSS, INPSASEL, PNB, GNB). La Gran Misión Abastecimiento Seguro y Soberano con sus 7 vértices (productivo, logístico, de comercialización, sistema de precios, organización productiva, seguridad y defensa e investigación y desarrollo) aún no se hace sentir como una política extendida en el seno de los CLAP para garantizar su efectividad.

Sobre estos aspectos pudiera mejorarse la acción de los CLAP en aras de superar la crisis de manera definitiva, con una perspectiva clara del horizonte que nos hemos trazado con Chávez que no es otro diferente al Socialismo. Los CLAP deben servir para fortalecer a los Consejos Comunales y Comunas como células de ese Estado Comunal que estamos llamados a construir.

Los CLAP son un proyecto que viene a hilvanar con mayor precisión la organización de las y los revolucionarios sobre el territorio para la defensa del mismo. Hay resultados concretos y uno de ellos es que el pueblo chavista, amoroso, desprendido, es quien ha tomado partido en la distribución de alimentos de forma voluntaria, mientras que la oposición no hace otra cosa que intentar agravar la crisis y generando mayor malestar en el pueblo, con una evidente intencionalidad política.

Como proyecto, los CLAP tienen un potencial tremendo que puede dar grandes frutos, empezando por su composición de mujeres y hombres que son vanguardia y que han decidido restearse con la revolución en uno de sus momentos más duros. Allí hay un acumulado de conciencia, de entrega, que debe sobreponerse al oportunismo y al clientelismo. En este primer año de los CLAP, viviéndolo desde adentro, puedo afirmar que acá hay un pueblo arrecho, heredero de Bolívar y de Chávez que no se dejará doblegar.

¡Vivan los CLAP!

¡Viva el Poder Popular!


domingo, 5 de marzo de 2017

Entre el autogol entreguista y la utopía andante.


Por: Carlos Rivas*


Siempre hemos tenido la percepción, de que la vida en democracia nos invita permanentemente al debate sobre una infinidad de asuntos atinentes a la sociedad, bueno, todo eso se confirma definitivamente cuando el tren de la historia nos sumerge en una revolución popular. Es decir, en una situación revolucionaria, sí es verdad que el debate se explaya de una manera casi desbordante. Y no puede ser de otra manera. Debatir abiertamente para hacer un ejercicio pedagógico colectivo, multidireccional, que permita aterrizar planteamientos que se generan desde el gobierno, y cómo el poder se refleja frente a estos.

Gobernar, no es lo mismo que decir 'gobernar en revolución', lo segundo nos abre un panorama mucho más complejo, pues aborda una perspectiva conceptual radicalmente diferente a lo que pudiera ser un planteamiento tradicional (por no decir de derecha, centro, centro izquierda, etc), en ese sentido, concepciones como gobernar obedeciendo al mandato popular, construir gobierno desde una dirección colectiva, facilitar la consolidación de autogobiernos comunales, forman parte de horizonte político que permite edificar nuevas formas de entender la política desde la construcción de nuevas maneras de entender el poder. Por ello, la toma de decisiones y el acto mismo de gobernar amerita un esfuerzo riguroso por hacer de los mismos un ejercicio científico, que nos permita alcanzar objetivos cualitativos que den cuenta de la transformación efectiva de la sociedad.

Todo eso suma, por un lado a que un gobierno popular debe atender a su pueblo, impulsando al mismo tiempo herramientas y canales para que la emancipación social sea un asunto real y palpable en la cotidianidad, esto, NO bajo una concepción "lastimera y dadivosa" de la pobreza, sino acometiendo un ejercicio serio, de planes, métodos, programas que miren la integralidad de los problemas sociales. Tampoco se trata de una tecnocracia indolente, híper-estadística, de 'guachos' y números en papel, que en muchas ocasiones nada tienen que ver con la realidad. Se trata, entre otras cosas, de contextualizar los programas, analizar a profundidad su alcance, verificar su impacto real, para evitar mentir-nos. Como dicen en la calle: cónchale chico, evitar caernos a coba, a mojones, a embuste.


Los dos debates.


1. Por un lado tenemos, que el pasado año 2016, fue uno de los más duros para el pueblo venezolano, año en el que la crisis económica se hizo evidente, pues demostraron la mayor saña en contra del pueblo, en ese contexto caótico, de incertidumbre, la voluntad política de atención al pueblo, en conjunto con la misión alimentación, en éste caso PDMercal (Abril de 2003), herramienta creada por la revolución precisamente para combatir en situaciones difíciles, pudo apalear la situación y evitar que el país entero se sumergiera en una ola de violencia imparable a causa del carente acceso a los insumos alimenticios. Hay que reconocerlo, en gran parte del territorio nacional, fue Mercal, quien sostuvo lo que vendría a ser un desenlace violento para la revolución Bolivariana. Las comunidades se organizaron, atendieron a un gran número de familias y generaron un clima de certeza, de que por 'lo menos', contaban con una periodicidad determinada para el acceso a los alimentos que se expenden en dichos establecimientos.

Ya entrado el año 2017, con mejor semblante que aquel 2016, nos encontramos con algunas decisiones que reflejan contradicciones con la esencia misma de la revolución. Soltar a la gente a las fauces del mercado depredador del salario de los trabajadores, no es más que abandonar todos los postulados que defienden al ingreso del pueblo. Es eso lo que puede pasar, precisamente, si entregamos a nuestra gente al "sálvese quien pueda", y ahí está el mercado que sabe que hacer con el ingreso del pueblo trabajador, esos mismos que le meten la mano en el bolsillo a la gente para que a lo sumo puedan sobrevivir.

La decisión, de que la red PDMercal deje de atender al pueblo, y que distribuya exclusivamente productos regionales, sin haber consolidado la política de atención de los comités locales abastecimiento y producción (CLAP), es aplicar casi un suicidio político, pues el programa de distribución de los CLAP'S aun no atiende ni siquiera al 40% de la población. Nuestro pueblo sigue en condiciones de vulnerabilidad, y es responsabilidad de la revolución proteger a su gente.

No es que no tenga sentido el planteamiento de migrar la política de lo que es la red PDMercal hacia la consolidación de los CLAP's como nueva forma de entender la distribución y producción de los insumos de primera necesidad, el problema radica en que esos planteamientos deben ser re-orientados luego haber consolidado otros planes, que den cuenta de la superación de la concepción rentista y den saltos cualitativos hacia la consolidación de un proceso emancipador y soberano.

Todo eso se suma a la certeza que tiene el pueblo, de que los planes sociales creados por la revolución Bolivariana son la representación viva del legado de Chávez, y evidentemente representa un motivo de movilización permanente por la defensa de lo que se convierte en una conquista histórica del pueblo venezolano y sus luchas. Ya se escucha en cada rincón de esta patria, desde las comunidades, desde el barrio, desde las comunas, desde los movimientos sociales: "No nos vamos a dejar quitar a Chávez".

"Cierre técnico", "abandono de la política solidaria", "renuncia a los planes creados para atender a nuestro pueblo", "venta de productos regionales, de empresas capitalistas", "privatización", cualquiera de las anteriores deja mucho que desear, pues se parecen más a Macri, que a Chávez. Y que no se mal interprete esto con el afianzamiento de la concepción 'paternalista de Estado', pues en definitiva nuestro pueblo tiene derecho también a vivir dignamente.


2. Por otro lado tenemos, que el mayor logro de la revolución no es la venta de pasta y harina. La posibilidad de consolidar los auto-gobiernos populares es el proyecto más hermoso que el movimiento popular ha tenido en sus manos en la historia de la modernidad en latinoAmérica. Eso invita a las organizaciones sociales a construir un programa de gobierno popular, que permita avanzar en autosutentabilidad, soberanía y sostenibilidad, desde el trabajo, desde la producción, desde la posibilidad de consolidación de un tejido social que permita gobernar territorios enteros, con una mirada integral de los procesos sociales los cuales marcan la cotidianidad de nuestra realidad.

Le queda al movimiento popular, hecho comuna, construir una contra-hegemonía rebelde, con un plan de gobierno, que haga realidad definitivamente el traslado del lugar de enunciación del liderazgo, es decir, ya el pueblo deja de ser un espacio receptor de lineamientos, y pasa a la vanguardia, con nuevas lógicas políticas desde lo colectivo, desde lo transformador en cuanto a organización de la producción.

Nuevos códigos, nuevas concepciones, nuevos lugares de enunciación, nuevas maneras de entender el poder. La potencia que tenemos como movimiento popular de consolidar un bloque histórico que haga un ejercicio de organización territorial, es la esencia del proyecto histórico que teje el pueblo, desde sus realidades cotidianas, desde la necesidad de vivir con dignidad. Redes de intercambio, sistemas solidarios, corredores geo-históricos para el auto-gobierno comunal, apropiación de medios de producción, educación popular liberadora, comunicación subversiva y constructora de una nueva identidad.

El contexto:


"Me río del hambre, después de haber comido", reflejo del liberalismo decadente, el individualismo miserable de la socialización del hambre y la miseria. La competencia y la negación del conflicto, lo más terrible que ha conocido esta civilización. Cerrar la red PDMercal es matar el subsidio y aupar el suicidio político, y para nosotros no crear un programa de auto-gobierno comunal es hacernos un autogol.

Lo que comemos no es sano, a lo que obedecemos tampoco:

"Este agronegocio globalizado no solo ha traído el aumento de enfermedades transmitidas a través de los alimentos, sino hambre, pérdida de sabores, olores y sazones, olvido de nuestra gastronomía autóctona, pérdida cultural (símbolos, conocimientos y creencias), privatización de nuestros alimentos y conocimientos, devastación de ecosistemas, y climas, despojo de agricultores de sus tierras y estigmatización de sus métodos, etc.

El agronegocio y la agroindustria sabe que nuestra soberanía está en retomar nuestros propios referentes y no en buscar una agroalimentación foránea, por eso estas campañas, para hacernos creer que lo cultural y "sano" son las harinas precocidas procesadas industrialmente.

Seremos los mismos de siempre, ahí en la calle nos veremos defendiendo los logros de nuestra revolución.

Es hora del movimiento popular. El que siempre estará en combate.


* Vocero de la casa del costurero

Estudiante de la escuela popular de comunicación (EPC-Eulogio Paredes)

carlos_rivas_45@hotmail.com