lunes, 31 de julio de 2023

SEMBLANZA DEL MAESTRO TRINO BORGES

Por Matilde Briceño Rojo 


Fue para el año de 1931 que las aguas del Orinoco le dieron cauce a la existencia de Don Trino Borges. El desafío estaba echando: Ciudad Bolívar lo vio nacer. El río, la mamá: Eloísa Borges, la abuela Eugenia y sus restantes 6 hermanitos, lo vieron crecer; vieron su rostro, como el tiempo, pasando por las aguas. 

No se detuvo ni el tiempo, ni las aguas, ni los sueños. 

Tanto leía desde la adolescencia que se le hizo un hábito. Continuó haciéndolo en el transcurrir de los años, tal vez para salvar su vida y salvar la de otros sobrevivientes de la Venezuela depredadora que nos legaron los salvajes conquistadores, cuya metáfora más cercana sería la proliferación de aves de rapiña, así como la abundancia en los olvidos.

No es lugar común su humilde vocación por el conocimiento, el trabajo y la docencia, cualidades que permanecieron en el hacer y quehacer diario del profesor Borges.

Desde antes y desde siempre intentó ser, en primer lugar, sincero consigo mismo, por extensión lo fue con el mundo que lo rodeó.

Los asombros se le fueron convirtiendo en tránsito. En 1.955 comienza a estudiar en el Instituto Pedagógico de Caracas.  

Al siguiente año empieza a ejercitarse en lo que él llama "su gran núcleo": la docencia. 

Primero como maestro de 6to grado, luego como profesor de Educación Media y posteriormente como docente en Educación Universitaria en la UCLA y luego en el Pedagógico de Barquisimeto, Lara.

Más adelante realiza estudios de Maestría en Historia de Asia y África, sin dejar de lado la profundización en el conocimiento de grandes hombres y corrientes históricas, filosóficas y literarias. 

De sus investigaciones, de su indagar y de su caminar por el mundo de la docencia universitaria surgen numerosos folletos, cuadernos mimeografiados, más de 35 publicaciones, algunos reposan en el Pedagógico  de Barquisimeto, Lara. Hoy UPEL

Le publicaron más de 17 libros: la mayoría recopilaciones con excelentes prólogos o introducciones, producto de su quehacer docente e investigativo.

Dictó conferencias, talleres, cursos, dentro y fuera del país. Nada escapaba a su sed  conocimiento.

Fue Coordinador de dos Seminarios Internacionales: 

1. África Meridional, Zona de Conflicto, desarrollado en Barquisimeto del 13 al 16 de junio de 1989, con la presencia de ponentes de reconocida trayectoria mundial

2. Seminario Internacional sobre África Meridional: Sudáfrica, Namibia y Angola, del 1ro al 3 de  noviembre de 1.990. También con ponentes nacionales e internacionales. 

Creó y dirigió el Grupo de Estudios Africanos en 1989,  conformado por las profesoras Elsy Briceño, Olga Mujica, Sara Pereira y Matilde Briceño de Borges. 

Para 1989 la hija, María Eugenia Borges Briceño, ya tenía 3 años. Con ella tuvo un lazo entrañable, de amor y compañía,  desde el vientre hasta siempre.

No tuvo descanso en su constante trajinar académico e investigativo. Aún hoy a casi 4 años de su siembra en la Madre Tierra, (15-09-2019) sus ideas siguen vigentes, germinando,  como buen trigo para el alimento del pensamiento socio-crítico-literario, dentro y fuera de las aulas de clases.

Hombre de grandes proyectos e ideas de vanguardia. 

Inconcluso quedó por allí EL VIAJE ULISEICO, proyecto de largo alcance, donde intentaba incluir a todos los posibles andariegos del mundo: 

Marco Polo, Amalivaca, Francisco Tamayo, Francisco de Miranda, Simón Rodríguez, entre muchos otros. Mitos y hombres de carne y hueso. Fue su gran sueño. 

En el silencio encontró reposo para el trabajo, también para el desarrollo del pensamiento agudo y certero, dentro de una honda sencillez. 

También la calle lo llamó algunas veces, entonces, como Neruda, dijo: 

Voy a luchar en cada calle/detrás de cada piedra/ tu amor también me ayuda/ es una flor cerrada/ que cada vez me llena con su aroma/ y que se abre de pronto como una gran estrella.

Frente a los más de 500 años de la llegada de los depredadores españoles a nuestra América retomó el tema de Amalivaca, cultivándolo en aulas de clases y profundizándolo en innumerables trabajos: tanto dictando talleres como generando palabras para su edición en revistas y periódicos, en nuestro país y fuera de él. 

En uno de esos trabajos Amalivaca, fundador de los pueblos (08-10-1992) puntualizó algunos criterios aún hoy vigentes:

"Vivimos tiempos desnacionalizantes, en donde nos apabullan persistentemente con una mundialidad que todo lo satura, no es universalidad pues ahí sólo predominan unas relaciones muy particulares: un norte hegemónico, centralista, excluyente, desdeñista, frente a un sur periférico,  estrangulado por la dependencia de ese norte, cuyo capitalismo voraz aplasta cualquier intento de crecimiento"

Pasa el tiempo, pasan los años y poco cambian las realidades; quien quiere o quisiera cambiarla se encuentra con un muro de obstáculos, bloqueos dictatoriales y negaciones que cada día estrechan más el círculo de la pobreza y de las desigualdades.

En el año 2003 cumplió Don Trino 67 años de labor docente, interrumpidas solamente por su partida física en el año 2019. No fue un adiós, fue un hasta siempre.

Su palabra fue un compromiso en el hacer de su palabra y de sus fundaciones. 

Tres fundaciones dejó: 

1. Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de la UPEL, Barquisimeto. Edo Lara. Lleva su nombre: Profesor Trino Borges 

2. Centro d Estudios de África, Asia y Diásporas Caribeñas, junto con el Profesor Hernán Lucena. ULA, Mérida. Edo. Mérida 

3. Biblioteca Profesor Trino Borges, en El Costurero de los Sueños, Santa Elena. Mérida. Edo Mérida.

Su todos los días fue el  escribir y romper papeles  para reescribir y consolidar lo pensado.

Anduvo por allí, como un Quijote, de lugar en lugar, de Estado en Estado, de Institución en Institución, ofreciendo ese trabajo de hormiga, esa persistencia en el hacer, ese minucioso trabajo sin tiempo y sin descanso, ofreciendo esa sabiduría de la cual está tan necesitado nuestro entorno y fundamentalmente, nuestros jóvenes.

Sean eternos sus pensamientos, su humildad y su amor por la humanidad.