miércoles, 1 de octubre de 2014

La Propiedad Letal. Por: Pedro Ridríguez / TatuyTv



Es común escuchar  en Venezuela referencias sobre la serpiente conocida como “Coral” en los Andes venezolanos y en la zona alta de Portuguesa. Lo particular del caso es que existen dos especies de ésta serpiente: la Coral falsa o mansa, que  utiliza un camuflaje para librarse de sus depredadores y la Coral letal, capaz de acabar con una mínima dosis de su veneno a cualquier otro ser. Trataremos en adelante, de hacer una analogía con las llamadas “EPS” y sus diferentes acepciones, las cuales en muchas instituciones y por muchos dirigentes, con alta responsabilidad política, económica y por ende ideológica, son utilizadas como si no existiera diferencia alguna entre sí, y hasta guías teórico-prácticas para su creación publican permanentemente, para “orientar” (o desorientar) los procesos.

Nos referimos entonces a las Empresas de Producción Social (EPS) y a las Empresas de Propiedad Social (también EPS), encontrando en ambas acepciones una falsa (o mansa) que utiliza también un camuflaje, pero, para esconder el capitalismo, y otra letal -para el capitalismo-, por su potencialidad transformadora, y que las instituciones o dirigentes señalados anteriormente confunden, y no necesariamente de manera ingenua.

Trataremos de diferenciar la palabra Producción y Propiedad que representan en ambos casos con la letra “P” para cada tipo de empresa, y que tienen una diferencia gigantesca entre sí desde el punto de vista político, económico, ideológico y hasta filosófico, éste último no lo tocaré, lo dejaría a quienes tienen un poco más de experiencia y acumulación formativa sobre el área.

Comencemos por entender qué es la Producción, según el Diccionario de Economía Política; es el proceso de creación de los bienes materiales necesarios para la existencia y el desarrollo de la sociedad. La producción existe en todas las etapas de desarrollo de la sociedad humana. Los hombres, al crear los bienes materiales (medios de producción y artículos de consumo), contraen determinados vínculos y relaciones para actuar conjuntamente. Por este motivo, la producción de los bienes materiales siempre es una producción social.1

Nótese que la última frase de la definición anterior está subrayada intencionalmente, con el objeto de ayudar a comprender mejor el segundo término a definir, que los dirigentes políticos e instituciones obvian resueltamente para mantener y disfrazar el reformismo que estimulan, reforzando el status quo y la lógica del capital; además nos permite evidenciar la “innovación” de la propuesta presentada, entendiendo así que la empresa polar también pudieran ser llamada de producción social, por ser una empresa que produce bienes materiales, dependiente del trabajo de millones de trabajadores y trabajadoras, que no están vinculados directamente con ella. Veamos unos ejemplos ilustrativos del caso: el campesino de Sabaneta que siembra el maíz y se lo vende a la empresa para la producción de la harina precocida, o  el obrero de otra nacionalidad que convierte el acero (que se produce en nuestro país) en una  máquina para el procesamiento de la harina y así, si revisamos bien todo la cadena de producción simple de la harina precocida podríamos concluir, que la empresa polar es entonces una empresa de producción social.

Ahora veamos el término Propiedad del mismo diccionario de Economía Política, para seguir aclarando nuestras ideas: Propiedad es la apropiación de los bienes materiales creados en la producción. La propiedad siempre se presenta bajo una forma históricamente determinada; su contenido y forma dependen del modo dominante de producción. Mientras que los científicos burgueses ven en la propiedad tan sólo una relación entre los hombres y las cosas, relación concebida como perpetua e inmutable, la teoría marxista – leninista considera la producción como la relación fundamental de producción entre los hombres, entre las clases sociales, relación que se expresa en la que se da entre ellos y las cosas y se modifica en consonancia con las cambiantes condiciones económico- sociales de vida de la sociedad humana. 1

Es importante tener una referencia conceptual de esta manera para estudiar, comparar y develar las intenciones políticas, económicas y/o ideológicas de las “EPS”, comprobando el significado de las diferentes acepciones, la gran diferencia que existe entre ellas y determinando así el engaño al que se somete al pueblo.

Vamos ahora a revisar a Víctor Álvarez y Davgla Rodríguez, quienes nos ofrecen una definición de las Empresas de Producción Social, en una guía teórico- práctica (publicada por CANTV, como guía para la creación de EPS’s -mansas-)

Las eps constituyen la célula fundamental del nuevo modelo productivo. Representan la base económica del socialismo del siglo XXI y son portadoras de las nuevas relaciones sociales de producción. El tipo de propiedad que predomina en las eps no es privada ni estatal, los medios de producción pertenecen a la comunidad o al colectivo de trabajadores, su objetivo fundamental no es el lucro individual si no la generación de empleos y de un creciente excedente para invertirlo en la solución de los problemas del entorno comunitario; el tipo de relación de producción está basado en la solidaridad la cooperación y la complementariedad, y no la competencia y la exclusión; el excedente no se distribuye como ganancia capitalista sino que se destina a la inversión productiva y al desarrollo social; la relación del individuo con el trabajo es de compromiso social y desarrollo integral, una relación de conciencia y no mercantil; la economía, la producción, los recursos naturales y tecnológicos están en función del desarrollo humano integral, del crecimiento material, intelectual y espiritual de todas las personas; a los trabajadores se les remunera según el trabajo aportados por cada uno, en lugar de un miserable salario por su fuerza de trabajo; la producción se lleva a cabo con un profundo respeto al pueblo a través de la producción de bienes y servicios de buena calidad y precios solidarios; y la relación con el ambiente es de armonía y no de depredación.2

Ahondemos ahora sobre las palabras subrayadas, en las cuales se encuentra el camuflaje que esconde la lógica del capital, que hace de las empresas de producción social -o corales mansas-, parte de una lógica que sólo sirve para mantener intacta la dominación.

Nuevo modelo productivo: Pese a que la empresa de producción social no se plantea transferir la propiedad de los medios de producción a toda la sociedad, aspira transferir la propiedad de los medios a comunidades, colectivos o grupos de trabajadores, manteniendo aún la propiedad privada, pero ésta vez “colectivizada”. Sobre esto, ya nos enseñó el viejo Marx, que la propiedad “privada” (en cualquiera de sus formas) es el producto, el resultado, la consecuencia necesaria del trabajo enajenado, de la relación externa del obrero consigo misma. Que la relación del obrero con el trabajo crea la relación del trabajo con el capitalista (sea un capitalista o una asociación de capitalistas; incluso un propietario o asociación de ellos). Sin embargo, aún a pesar del cándido esfuerzo, esto está destinado a que los propietarios sean ahora un número más alto y que éstos dispongan sus ganancias y beneficios para un sector o área determinada, por lo que termina siendo más de lo mismo, más propietarios privados. Es un modelo tan viejo como cualquier modelo productivo, donde la propiedad de los medios de producción está en manos de algunos individuos, ya sea una familia, una organización o una comunidad. Todo queda en pocas manos.

Nuevas relaciones sociales de producción: Trataremos de identificar el problema con una explicación del Profesor merideño Edgar Gutiérrez sobre éste tema;

“Para vivir y reproducirnos, necesitamos trabajar. Las formas que adopta el trabajo según el tiempo histórico en el que vivamos es lo que denominamos “fuerzas productivas”. Sólo que estas no están nunca aisladas, siempre establecen entre sí relaciones de diverso tipo. Pero, el asunto es que las relaciones entre las personas se hacen sociales en el momento en que los aspectos externos (objetivos) se hacen más importante que los subjetivos, es decir cuando la producción comienza a importar más que la persona misma y el sujeto desaparece y se hace, simplemente, objeto. Por ello hablar de relaciones de producción es hablar, ya, de una sociedad, gracias a la propiedad, separada en clases sociales (esencialmente dos), donde una de esas clases es propietaria (especialmente de los medios con los que producimos: tierra, materias primas, máquinas y herramientas y el trabajo) y otra -clase- que solo posee su capacidad para trabajar. Los capitalistas no consideran el trabajo como un medio de producción, sino como una forma de capital, pero sobre eso hablaremos luego)” 3

Es por esto que si los medios de producción no pasan a ser de toda la sociedad, sino de un puñado de trabajadores o de un consejo comunal en determinado espacio, lo que estaríamos consintiendo es un ascenso de segunda mano a un determinado grupo de la sociedad, que se hace dueño de algunos medios de producción y que ahora en su nueva condición de propietarios pasarían a comprar lo único que a otros les queda: su fuerza de trabajo. Por lo que la relación con el trabajo no es de compromiso social ni desarrollo integral o absoluto para el resto de la sociedad en revolución, sino que permanece de fondo la lógica de compra y venta de fuerza de trabajo, en la que una parte de los individuos no son dueños de los medios y otros sí. Tampoco hay nada de nuevo aquí, todo sigue siendo lo mismo aunque sea presentado en un empaque novedoso y llamativo, para que el Pueblo organizado- que sí pudiera cuestionar el funcionamiento del capital- bajo esta contradicción, no logre profundizar la esencia del asunto.

Pero revisemos el destino que le espera a éstas EPS -mansas-, revisando lo que nos dice el maestro Marx:

En una sociedad cuya prosperidad crece, solo lo más ricos pueden aun vivir del interés del dinero. Todos los demás están obligados, o bien a emprender un negocio con su capital, o bien lanzarlo al comercio. Con esto se hace también mayor la competencia entre los capitales. La concentración de capitales se hace mayor, los capitalistas grandes arruinan a los pequeños y una fracción de los antiguos capitalistas se hunde en la clase de los obreros, que por obra de esta aportación padece de nuevo la depresión del salario y cae en una dependencia aun mayor de los pocos grandes capitalistas; al disminuir el número de capitalistas, desaparece casi su competencia respecto de los obreros, y como el número de estos se ha multiplicado, la competencia entre ellos se hace tanto mayor, mas antinatural y más violenta. Una parte de la clase obrera cae con ello en la mendicidad o la inanición tan necesariamente como una parte de los capitalistas medios caen en la clase obrera. Así, pues, incluso en la situación más favorable para el obrero la consecuencia necesaria para éste es exceso de trabajo y muerte prematura, degradación a la condición de máquina, de esclavo del capital que se acumula peligrosamente frente a él, renovada competencia, muerte por inanición o mendicidad de una parte de los obreros.” 4

Ya el viejo Marx hace bastantes años nos señalaba el destino de todos los obreros y de los pequeños empresarios, un  destino que puede compararse hoy en día con el de los pequeños productores agrupados en las EPS (o mansas corales), como es el caso de alguna fabricadora de textiles que se encargará de realizar uniformes para alguna institución, o bien como el caso de alguna bloquera en el pueblo de Chabasquén que vende bloques a sus vecinos en el barrio, al precio de su competencia y explotan para producirlos a los mismos obreros del barrio, y ahora con un “sueldo justo” consideran que se logra una gran transformación social; o bien otro caso más, como el de la empresa que hace un software y que recibió inducción calificada por una institución de la Revolución, y que en adelante venderá sus productos al estado o peor aún, a la misma institución que lo formó. Por si fuera poco, los colocamos en la misma posición que las grandes compañías chinas o de otras potencias, las cuales cuentan con alto desarrollo de las fuerzas productivas, así como alto desarrollo en sus medios de producción, y por si fuera poco, entre China, Rusia e Irán -con quienes tenemos convenios- se encuentra más de la mitad de la clase trabajadora explotada del mundo; sólo en China está concentrada la mayor cantidad de mano de obra (fuerza de trabajo) del planeta. Imaginemos estimados lectores, una vez revisado los que nos dice el viejo Marx, ¿Qué esperanza queda para éstas pequeñas y superfluas empresas de “producción social” impulsadas por el Estado?...Como es de costumbre en Venezuela, la esperanza de que la renta petrolera termine subsidiando y oxigenando (inyectando dinero) a éste modelo fallido.

Ahora bien, señalar todos los desvíos y las trampas de la socialdemocracia es un trabajo difícil pero no suficiente, viene ahora lo más complejo, que es el combate contra esos desvíos y la conciencia egoísta que se desprende de estas aberraciones. Una vez señalado el contrabando ideológico de los reformistas, en la supuesta tesis de innovación económica y el avance hacia el Socialismo del Siglo XXI a través de las EPS (mansas), tenemos que hablar definitivamente de las EPS letales… ¿Por qué son letales las Empresas de Propiedad Social (EPS)? ¿Qué consecuencias traen éstas para lograr herirle el flanco definitivamente al sistema capitalista?

Para la construcción del Socialismo importa la Propiedad Social (de toda la sociedad), en tanto esta es generadora de Conciencia Social, o mejor, en tanto es la única forma de propiedad que se puede entrelazar con la Conciencia Social, con ella actuar, influirse mutuamente. (Neftalí Reyes La Propiedad es la Manzana) 5

Una Empresa de Propiedad Social (de toda la Sociedad o Propiedad de todo el Pueblo) además de un sinfín de medidas revolucionarias más, planifica su producción y produce lo estrictamente necesario, de esta manera trasciende el dilema de la acumulación per se; como empresa estará administrada por el estado revolucionario que a su vez desde sus organismos presupuestarios asignará partidas de funcionamiento. Así  mismo los excedentes generados por estas empresas de propiedad social, serán centralizados y entonces el estado como ente administrador, dispondrá de ellos para la inversión en beneficio de la sociedad toda. Siendo una empresa administrada por el estado, su relación con respecto a otras empresas consolidadas de otras ramas de la producción, no se rige bajo el intercambio mercantil ni la competencia, pues ellas  forman un todo, en el que prevalece el traspaso de sus productos, la cooperación, la cadena productiva y la relación orgánica. Veamos un ejemplo: citemos el caso de la Empresa Consolidada del Azúcar, que necesita una serie de productos realizados en la Empresa Consolidada del Hierro, ésta última simplemente traspasaría su producto a la primera, puesto que teniendo el mismo régimen de propiedad (de toda la sociedad), en su planificación toma en cuenta las necesidades a cubrir en las otras empresas. De esta manera se le da un duro golpe al capital,  acorralando la lógica del mercado, al menos dentro de nuestras empresas. Lo mismo podríamos hacer con la gran Empresa Consolidada de Alimentos, veamos otro ejemplo; el Programa de Alimentación Escolar (PAE) dependiente del Ministerio del Poder Popular para la Educación, para lograr adquirir sus suministros, ya no tendría que depender de productores, intermediarios o distribuidores privados en su mayoría, sino que valiéndose de empresas de producción de alimentos, impulsadas dentro del régimen de propiedad social y de las empresas consolidadas en estos rubros, los productos pasarían directamente al Ministerio de Educación para la administración y funcionamiento del programa PAE de alimentación escolar; de esta manera se logra vencer la lógica mercantil y dependiente, planificando todo desde el estado revolucionario, para beneficio del total de la sociedad.

Ahora ¿Dónde queda la conciencia bajo este régimen? o ¿Se trata sólo de un subterfugio económico?...Pues bien, una vez que dentro de la organización obrera, los trabajadores y el pueblo, entendamos el nuevo régimen de propiedad de los medios de producción – hecho sociedad- entenderemos que todo nuestro esfuerzo de trabajo, no va a enriquecer a uno o a unos capitalistas que se aprovechan de nuestro tiempo y vida, si no que toda ésta construcción, producción y dedicación al  trabajo, estará dirigido al desarrollo pleno de toda la patria.

Sólo la Propiedad Social administrada por el estado permite que la sociedad comprenda la importancia  de la economía, la dirija, la tome para sí, y se pueda de ésta manera hacer una verdadera planificación central conjunta, expresión del genuino poder revolucionario. De allí que el cambio en la forma de propiedad, no sólo es un tema subordinado, sino asunto central en una Revolución, letal para el capitalismo, haciendo posible una nueva cultura, una nueva espiritualidad y una nueva conciencia socialista.

Referencias Bibliográfica.  
1)   Diccionario de Economía Política. E. F. Borisov, V. A. Zhamin,  M. F. Makarova y otros.
2)   Guía teórico-práctica para la creación de EPS.  Víctor Álvarez y Davgla Rodríguez
3)   Edgar Gutiérrez http://tatuytv.org/index.php/analisis-y-opinion/1553-articulito-10-que-eso-de-relaciones-sociales-de-produccion
4)   Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844. Karl Marx.
5)   Neftalí Reyes La Propiedad es la Manzana