jueves, 13 de agosto de 2015

Travesía de la solidaridad

Por Xavier Rodríguez*

Que el calor y la solidaridad sean compañeros inseparables en nuestra memoria, podría parecer una arbitrariedad, pero si el caso que nos convoca comienza tomando la ruta Panamericana del Estado Mérida, donde entre camaradería y diálogo, militantes de dos continentes, se reúnen a conocerse y comprender la historia y escenarios de lucha comunes, bien podríamos señalar, que en esta nave terrícola todos somos hermanos. Todos los que transitamos el camino de los desposeídos y sentimos que la emancipación es materia obligatoria en la maestría que cursamos para graduarnos de humanos.

Aunque han abandonado la Mérida bolivariana, l@s compas de la brigada internacionalista de Askapena, continúan su periplo por la tierra de los hijos e hijas de Bolívar, llevando a cabo una labor de sensibilización sobre la actual situación de opresión y vulneración sistemática de los derechos humanos por parte del Estado Español. La cooperación y solidaridad que reclama su causa autonomista tiene su génesis en las condiciones más básicas de la entrega revolucionaria, el amor a la libertad y la oposición más férrea hacia quienes la confiscan en nombre de la democracia.

Fue muy grato el breve compartir que tuvimos, signado por el diálogo y por una curiosidad, no menos profunda que la atención que los vascos demostraron al compartir con comuneros pertenecientes al Corredor Comunal Agroecológico Aroma del Cacao. Algunos de los temas que se trataron en el primer sitio donde nos esperaban −el Infocentro de Santa Elena de Arenales− estuvieron ligados a la conformación de la comuna, sobre su lugar en el mapa actual geopolítico venezolano, sobre la producción comunal y los mercados agrícolas itinerantes, así como la puesta en marcha de la Empresa Gran Comunal de Producción y distribución de Alimentos, uno de los proyectos más importantes que actualmente impulsa la Red Nacional de Comuneros.


Encuentro entre comuneras y brigadistas de Askapena. Textilera Elena Frías de Chávez. Mérida, Venezuela

Proseguimos la ruta hasta llegar a la Textilera Elena Frías de Chávez, donde un grupo de mujeres combatientes se han organizado para dirigir dicha fábrica, con aparatos de última generación y con insumos recién traídos de Bolivia, fruto de los convenios solidarios establecidos entre nuestro país y la noble tierra de Evo. A estas mujeres incansables les esperan días y noches de arduo trabajo para surtir la demanda de uniformes, que desde ya, diversos colectivos populares y planteles educacionales les han solicitado. Antes de abandonar la textilera, observo con detenimiento un conjunto de hilos de distintos colores que se van amalgamando hasta formar una figura de bordado, y me pregunto si la imagen no será acaso una ilustración precisa de la diversidad que conforma al chavismo.


Comunera bordando

La última parada antes de regresar a Mérida es en casa de la señora Carmen Márquez productora de cacao en la población de Rio Perdido, donde la muestra de su producción sirve de preámbulo a nuestra partida. Es el elixir de los dioses hecho materia en la tierra, producido por manos expertas, empoderadas, que a sus 86 años continúan amasando bombones y tabletas de fino cacao, además de un ponche altamente recomendado y licores de frutas de la localidad que humildemente ofrece a la venta. El sol de mediodía nos escolta hasta el siguiente destino de nuestro itinerario: La Casa del Costurero.



La señora Carmen Márquez, productora
Allí se realiza el foro donde se exponen los propósitos de la gesta libertaria vasca, nobles propósitos que los acompañan de ida y vuelta en un periplo finito pero con una causa sin un final vislumbrado, solo la lucha es compañera fiel en todos los escenarios posibles. El auditorio que pudo escucharlos se interesó por su causa y bien supo corresponder con preguntas e ideas, el gran esfuerzo que estos brigadistas hacen para lograr un sueño de los muchos, que son necesarios soñar para mantener la llama de la rebelión encendida y en marcha.

Foro en la Casa del Costurero, Mérida, Venezuela.

Un bicentenario de historias y gestas nos conforman en múltiples encuentros solidarios, como aquel de Bolívar y Petion, primero epistolar y luego consolidado en una visita crucial para la historia de este continente. Son los espíritus libertarios que rondan a quienes asumimos la difícil y hermosa tarea de ir haciendo caminos. Son los llamados a deslastrarnos de vicios y temores, que nos invitan ser radicales a toda costa, pues de eso van las Revoluciones.

*Vocero de la Escuela Popular de Comunicación
Casa del Costurero