martes, 13 de septiembre de 2016

¿Hasta dónde hay procesos de conquista y de colonización del mundo de vida del ser latinoamericano? Por Carlos García.



Revisarnos es una tarea a la que le solemos huir,  saber cómo hemos llegado a ser lo que somos para construir e inaugurar un proceso de transformación o ¿transustanciación? se torna vital, más que necesario. Nuestra historia, la negada, la oprimida, la oculta y la rechazada por nosotros mismos, nos clama desde nuestro sentir, la manifestación abierta de su ser inconforme, permanentemente latente. ¿Cuánto de negro, de indio, de blanco marginado, de campesino tenemos?  ¿O somos?.

Cuando era pequeño, en las peleas con mi hermano, mi forma de descalificarlo era decirle: negro o indio, o burlarme del ser campesino. Estos descalificativos reproducidos por mí, y escuchados en un medio de vida cotidiano (desde la escuela, hasta en la familia) negaban lo que en mi caso soy: hijo de padres y abuelos provenientes del campo, afrodescendientes y migraciones. Soy directamente la conjunción de aquello, de lo que unos más que otros somos, una mezcla que históricamente es ocultada y negada.


En el fondo tenemos el anhelo de liberarnos, de tener autonomía, de poder manifestarnos, pero no sabemos qué o quién se quiere manifestar dentro de nosotros, ni de qué o quién debemos liberarnos. ¿Dicha confusión aparece por ser nosotros el fruto de la cultura de la violencia, hijos malinches huérfanos de una cultura violada y un ego fálico violador, dominador? ¿Cualquiera de nosotros no cargamos simultáneamente  la cultura violada, negada y el ego fálico dominante que llegó a estas tierras con Colón, Cortés, Pizarro o Juan Rodríguez Suarez? ¿Desde pequeños no somos incluidos dentro de la santa cultura occidental para reproducir la cultura de la conquista, del ego conquiro?.

Desde pequeños somos incluidos en un mundo institucional que reproduce al ego fálico machista. Estudiamos en escuelas donde en nuestra relación con el otro, está siempre la competencia, prima un modo de relación yuxtapuesto, el amo y esclavo, profesor y alumno, jefe y subordinado, patrón y obrero. Nos paseamos la vida, cotidianamente entre instituciones de carácter vertical con formas de “comunicarse” ¿o comunicados?,  que van de arriba hacia-abajo. Es el yo conquistador, superior que da la palabra, que la sacramenta, es el Cortés, el europeo, el cogito institucionalizado que desconoce a la madre cultura, a las prácticas cotidianas no formales y que asume al otro como lo mismo, lo suplementario de un dios llamado progreso y al cual hay que servir.

En la vida cotidiana reproducimos la verticalidad en nombre de la eficiencia y la eficacia, la disciplina y el orden, nos conformamos en estructuras de organización jerarquizadas, escuela, universidades, ministerios, empresas, corporaciones, partidos. Las instituciones formales hechas para el control, encarnan el espíritu de dominio, en ellas uno termina ajustándose inertemente a su forma de ser y funcionar. Pocas veces allí hay integración, pues está implica el reconocimiento del otro y eso empuja a modificaciones de sus formas de relación.

A la luz de lo femenino podemos dar parto a algo nuevo, la lógica de lo femenino posee la actitud del cuidado, de la vulnerabilidad, de la cooperación, ¿una ontología de la biofília, la solidaridad?  En el mundo de vida cotidiano, empapado por el ego machista, oprimimos lo femenino y emulamos lo machista como una actitud ante la vida y los otros. No hay diferencia en que mujeres u hombres asuman los espacios de poder, pues para poder sobre-vivir en dichos espacios, hay que reproducir la voluntad de poder propia del ego fálico.

El ego fálico es ya una actitud, una ontología de la conquista, un yo conquistador que es cultura, vínculos, formas de ser, de pensar, de sentir y de hacer que se reproducen por todos lados. ¿Cuánto de discurso europeo moderno queremos emular? ¿Cuánto en querer ser reconocidos por el poder, por la modernidad, por la institucionalidad europeo-moderna-colonizadora anhelamos cotidianamente?  ¿Acaso no perseguimos títulos (las actuales cédulas del gracias al sacar de la modernidad  neoliberal) que es una manera de blanquearnos socialmente? ¿Cuánto de pesadilla del hombre blanco en querer ser jefe, mandar sobre otros y tener poder alojamos en nuestro ser? ¿Lo ocultamos, lo negamos, o decimos que no somos eso y lo depositamos afuera, en el otro, en ese otro que somos nos-otros y negamos? ¿Acaso nuestra racionalidad no será la justificadora voz interiorizada del ego fálico?

Al parecer la colonización histórica del cuerpo, del espíritu y de todo nuestro mundo de vida puede ser trascendida, pero no desde la modernidad, habrá que buscar-nos en otros lugares, en otras ontologías, en otra forma de ser, que también somos nos-otros.

¿Acaso no soñamos cosas que simplemente la razón, esa forma europea de dar cuenta del mundo  no puede explicar y que sabemos tienen un significado?

¿Podrá el miedo en ir más allá que la modernidad mantenernos colonizados y dominados?

¿Nos arriesgaremos a viajar por los bordes de la razón?

lunes, 12 de septiembre de 2016

Las Venas Abiertas del Orinoco. Por José Luis Dávila.


El Derecho de todos los Venezolanos a la existencia como pueblo soberano dentro de su territorio, nos da el marco para alzar la voz en contra del Arco Minero propuesto por el gobierno de Nicolás Maduro; es bien sabido en la historia de nuestra desangrada Latinoamérica que servir de fuente de materias primas baratas para las trasnacionales nunca ha traído beneficios para ningún pueblo en resistencia, y por sobre todo, los que proponiendo modelos alternativos de construcción para una nueva sociedad justa y respetuosa con todos los seres vivos y territorios en los cuales habitan; ahora nos propongamos a lanzar la arenga del extractivismo Neocolonial como salvación de nuestro país.

El tener el 11% de nuestro territorio nacional bajo un régimen de zonas económicas especiales con el control de ejércitos pagados por las trasnacionales donde los derechos de los pueblos originarios serán disminuidos a cero; no convencen a ningún revolucionario que se llame antiimperialista y amante de la patria Bolivariana; solo con vernos bien en el triste espejo de África bastaría. Donde el hambre, la pobreza, la prostitución y otros males que traen consigo la minería y sus famosas corruptelas, reinan por sobre cualquier estado o proyecto nacional. Como bien sabemos tenemos una deuda social histórica con los pueblos en los estados Bolívar y Amazonas, donde los mineros, garimpeiros, G.N. y demás mafiosos políticos apoderados de este territorio ya desde hace mucho tiempo han impuesto sus reglas con la aceptación de muchos de los actores con responsabilidades sociales y políticas que asumir, en las cuales el gobierno Venezolano no ha hecho su mayor esfuerzo por proteger y encaminar el buen desarrollo de estas sociedades paralelas surgidas al margen del proyecto Ecosocialista que tanto se esforzó Chávez por hacerles entender.

Hoy todos sabemos que tenemos un chance para decirle si a la vida, de repensarnos la deuda histórica que tienen los viejos y nuevos imperios con nuestro pueblo, de reflexionar que vale más la pena un litro de agua o un lingote de oro en los mercados especulativos de Canadá o Europa; es momento de tomar la senda y sentir la lluvia como Chávez el día de san Francisco, llamando a la hermana Luna, al hermano Sol, a la Madre Abya Yala para que hagan entrar en consciencia a nuestros tecnócratas dirigentes, que sin una pizca de amor por la tierra que pisan y que supuestamente heredaron de su padre político pretenden hipotecar nuestros sueños sinceros.

CONTRATIEMPO: La inevitabilidad en la política: La razón de la utopía. Por Alejandro Ochoa.

"La utopía es el horizonte
para guiar los sueños de la solidaridad"
(Libro de las revelaciones posmodernas)

Nada parecía augurar que en cuestión de meses, la situación del discurso político en Venezuela se viera sometido a la tensión del choque de aspiraciones civilizatorias tan contradictorias como las que estamos viviendo en estos días. Con una velocidad que deja atónitos a propios y extraños, el primer gobierno de la era post-Chávez acomete con un empeño digno de más nobles empresas, al desmantelamiento ambiental y cultural de un espacio nada despreciable del 12% del territorio nacional sin que sea posible apelar a las formas de decisión contempladas en la Constitución de 1999: el referendo consultivo cuando se trata de asuntos transcendentales para la nación.

¿Se trata de una traición a los ideales políticos de Chávez? ¿Se está construyendo finalmente un asalto que luce casi definitivo a lo que ha sido uno de los espacios físicos más elusivos del planeta tierra: La amazonía? O, ¿Se trata acaso del último salvavidas para una sociedad que no ha salido de su borrachera rentística y ahora hinca sus dientes hambrientos y feroces sobre El Dorado? ¿Será la inevitable inserción en un mundo globalizado que impone sobre cualquier ideología y proyecto histórico, las limitaciones y ambiciones del proyecto Occidente? ¿Se trata de un amargo "eterno retorno"?

Se trata de todo esto, pero hay razones mucho más profundas que las simples acciones de gobierno entendidas como la "disposición de las cosas de acuerdo con su naturaleza". Se trata de lo inevitable de un modelo de civilización global. Puestas así las cosas, entonces debemos enfilar nuestras críticas y miradas a espacios menos definidos por la racionalidad política del éxito o del fracaso. Intentemos, a contramarcha de la urgencia, pensar sobre si es posible que el ejercicio político contemporáneo pudiera arrojar un resultado distinto a este que nos deja a las puertas de un desierto en lo ambiental, en lo moral, en lo ético y lo político.

La devastación ambiental está aún por verse pero no hay razones para pensar que sea distinto a lo que hemos visto en el resto del mundo. Se argumenta que se trata de poner orden en un espacio territorial que ha sido elusivo a la gestión del estado venezolano. Un dato nos basta para ilustrar lo profundo e intrincado que es el espacio que rodea lo que se denomina el arco minero. Fue apenas a mediados del siglo pasado que se pudo llegar al nacimiento del río Orinoco. El estado venezolano tiene años tratando de ordenar la explotación artesanal de minerales en la región de Guayana. Aparentemente, sin éxito. Pero también sin muchas noticias que nos permitan al resto de los venezolanos apropiarnos de ese espacio como propio. Ahora, el arco minero luce como un salvavidas que nos pone en la extraña posición de enajenarnos y obviar que allí hay además de esos recursos materiales inmediatos, una biodiversidad desconocida, culturas que han residido allí mucho antes que América fuera América. Hay entonces razones para suponer que se impone sobre nosotros una razón instrumental depredadora que no nos impide seguir explotando a la humanidad en nombre del progreso.

La explotación de la humanidad adquiere así un rango civilizatorio. Se explota la humanidad como concepto regulador que impone la humanidad como una forma de vida que es mejor a otras formas de vidas o culturas que serán inevitablemente desplazadas de su entorno vital. En nombre de la humanidad, conquistamos y devastamos sus culturas. Se dirá que son retrasadas y que la nación no puede sucumbir al chantaje de los pueblos originarios. ¿Será esto un acto revolucionario? La pregunta no es retórica, es en esencia una pregunta estructural porque parece que como le corresponde a todo acto humano, la revolución también tiene límites y, en este caso, lo hemos alcanzado por el lugar más inesperado para algunos, pero no por ello menos inevitable. De esa dimensión es el arco minero. Pero, debemos recordar que la naturaleza histórica, política y económica del proceso que experimenta la sociedad venezolana es esencialmente la continuación de un proyecto civilizatorio moderno en su estructura y posmoderno en sus manifestaciones. No podía ser de otro modo en un mundo que cada vez más va revelando que su centro está en ninguna parte y su circunferencia cada vez se hace más reducida. La periferia del proyecto civilizatorio está en el centro de la idea misma de ese proyecto civilizatorio.

Venezuela es, a despecho de quienes siguen viendo a esta sociedad como un espacio de bárbaros insolentes, un curioso heraldo del agotamiento de la modernidad y la insuficiencia de la posmodernidad para conducir a un mundo más justo para los más desposeídos. Habiendo avanzado en la inclusión civilizatoria para tantos a quienes se les adeudaba la presencia del estado, ahora se impone la presencia del estado como elemento destructor de culturas milenarias pero débiles, accesorias, casi que de museo y entonces el zarpazo minero asesta el golpe final de quitarles lo que se les viene quitando desde hace décadas: su entorno vital. Pero más aún, la aparición del estado en ecosistemas tan sensibles y con la peor de las huellas que ha sabido dejar el hombre sobre la faz de la tierra: la minería, no es garantía de que esa administración sea transparente y beneficiosa para los bienes de toda la nación.

El silencio de la oposición que ha reclamado el fracaso de este modelo es la más perfecta forma de delatar sus propósitos y sus ambiciones. Ocultos detrás de la cosmética del silencio, la oposición espera agazapada para asestar un golpe que no devuelva la esperanza a muchos, sino el usufructo de unos pocos. Puestas las cosas en la dimensión de las posibilidades que ofrece el presente, el arco minero es una inevitabilidad histórica y una terrible tragedia a la humanidad como idea en Venezuela y al ejercicio de la soberanía política como acto definitivamente reivindicado por el proceso histórico inaugurado en 1999.

Si el arco minero es inevitable, entonces la necesidad de revivir las utopías que permitan el rescate de otras formas de vivir en la tierra e incluso de inventarse nuevas formas de relación con el entorno no sólo son deseables sino necesarias. La urgencia de nuevas formas de vincularnos con la tierra hace que la utopía nos luzca como un imperativo de sobrevivencia y no como un espacio para la holgura política.

El reto para la revolución bolivariana en estos momentos es, aunque parezca paradójico, mayor revolución en los estratos más profundos del pensamiento político, ecosocial y económico. No es sólo un asunto de interés nacional. Se trata de poder empujar a pensar la realidad de América Latina, depósito de grandes riquezas biológicas y minerales, más allá de ser el futuro de un proyecto que nunca nos ha incluido en nuestra especificidad sino en una generalidad que nos diluye como nación para convertirnos en colonia.

Son tiempos urgentes estos que demandan del pensamiento la mayor serenidad para acometer la tarea nada despreciable de poder criticar los límites de la revolución no para acabarla sino para revitalizarla desde el único lugar posible: sus propias contradicciones. La revolución está llamada a defender la verdad no como propiedad sino como la aspiración legítima de todo acto que se hace en nombre de la humanidad. Asumir la contradicción para superarla y no para ocultarla es lo que convoca este tiempo aciago de penuria económica.

A tiempo: Mientras más se aleja el revocatorio de las aspiraciones políticas de una oposición aturdida, más evidente se hace que es necesario un nuevo debate sobre el sentido histórico de la nación venezolana. Poner a la historia como testigo para justificar el regreso de quienes desangraron al país durante décadas, más que un acto de inocencia es la soberbia de quien no reconoce al otro. Es, por así decirlo, un acto de barbarie dentro de la propia civilización. ¿Podemos esperar de ellos un acto de apertura a las civilizaciones ancestrales? El silencio es su más elocuente respuesta.




Semiótica de la Televisión/ Las trampas de la “representación” televisada





 


Semiótica de la Televisión

Las trampas de la "representación" televisada

Fernando Buen Abad Domínguez

Rebelión/Universidad de la Filosofía

Influye también, en los modos de producción de "sentido" televisual, el problema de su carácter representativo o participativo. Al ya de suyo odioso modelo de manejo de los "tiempos televisivos" ahogado por el imperio de la publicidad y del fundamentalismo de la mercancía, hay que añadir el modelo intermediarismo que la televisión comercial ha hecho suyo para imponernos su relato, sus gustos, sus valores y sus deyecciones ideológicas. Una verdadera calamidad.

Todo se reduce a imponernos alguien o algo que nos lo "explica" todo, con sus medios y con sus modos. A su capricho y a su conveniencia. Nos leen "noticias" que ellos deciden y que ellos dicen (con voz exagerada e impostada) son "lo más importante". Nos dicen qué debemos comprar, a qué precio, con qué "virtudes" y con qué sumisión. A crédito o al contado. Nos dicen quién y qué es "bello", "seductor", "sensual", "atractivo", "elegante", "exitoso"...  nos ponen sus plazos y nos ponen sus ritmos. Nos manejan el diccionario, el vestuario, el imaginario y el reloj. En tiempo real. 

Para todo hay siempre un representante explicador, vendedor o conductor... empeñado en hacerse el simpático, el eficiente, el esclarecido o el iluminado. Dispuesto a llevarnos al edén de sus intereses políticos, ideológicos y comerciales. Principalmente comerciales. La televisión mercantil es una máquina de guerra ideológica plagada con intermediarios que a tiempo completo están listos para borrarnos de la cabeza toda idea, toda posibilidad y toda oportunidad de participación autónoma. Siempre hay alguien que cuenta chistes por nosotros, siempre hay alguien que canta canciones por nosotros, que baila, que informa, que cocina, que "sabe", que "entiende", que "dice", que "sonríe", que "saluda"... por nosotros y sin nuestra autorización o previo acuerdo. Es el "mundo" de ellos que dice "representarnos". Y nos lo cobran. 

Los más "vivos" se dieron cuanta de su dictadura de la representación y nos inventaros, también, la forma de "participación" que a ellos les conviene. Entonces usan a los pueblos como decorado, como aplaudidores, como escenografías siempre que hace falta alguna justificación "democrática" o "popular" de lo que a ellos les conviene. Dicen que "el público opina", "participa" cuando ellos dicen, como ellos dicen, hasta que ellos deciden. Demagogia reloj en mano. No pocas televisoras públicas están infectadas con ese veneno ideológico televisivo "representativo" que harta, que duele, que ofende y que ninguna a los pueblos "a todo color y de frontera a frontera".

No hemos visto, todavía, una Televisión Participativa verdadera. Salvo casos incipientes y dolorosamente incomprendidos, como VIVE TV de Venezuela -en sus inicios-, algunas televisoras comunitarias que lograron salvarse de parásitos intermediarios de todo tipo (Iglesias, ONG´S, partidos políticos oportunistas, Mesías...) La Televisión Participativa, como Democracia Participativa, está por construirse. Hacen falta mucho trabajo y mucha atención crítica para eliminar de nuestras cabezas (y de las televisoras que los pueblos dirijan) el peligro de repetir el discurso burgués, el discurso del patrón en las pantallas. Como si fuese nuestro. Hace falta agudeza y experiencia, hace falta desconfianza práctica, y vigilancia científica, para no ser víctimas de la inoculación ideológica que nos representa como a ellos les conviene. 

La lucha de clases también se expresa en las pantallas. No vamos a cansarnos en insistir en la urgencia de romper con los modelos burgueses de comunicación, aprovechando críticamente sólo aquello que sea aprovechable (fundamentalmente tecnológico) y desechando todo lo que de más odioso tiene un modelo de "producción de sentido" en Televisión, especializado en borrar de los ojos de los pueblos a los pueblos mismos y especializado en criminalizar -por la Tele- a los líderes sociales y las luchas sociales que hacen hasta lo inimaginable por participar en la creación de un mundo nuevo, justo, sin guerras, sin hambrunas, sin clases y a la vista de todos. Terminemos con la propiedad privada de la televisión y con los monopolios. Una Televisión Participativa es posible, es necesaria y es urgente. 


Dr. Fernando Buen Abad Domínguez
Universidad de la Filosofía

fbuenabad.blogspot.com
No saldremos de las trampas que el capitalismo nos tiende a mansalva si no logramos construir nuestra Unidad de clase armados con un programa socialista para la ...

@FBuenAbad

jueves, 8 de septiembre de 2016

Foro Virtual sobre el Arco minero. Escuela Popular de Comunicación.






Desde que se hiciera público las intenciones del estado venezolano de hacer explotación minera al sur del país, se ha generado un ruido tremendo dentro de la militancia revolucionaria en torno a la viabilidad y desarrollo del proyecto Arco Minero del Orinoco. Las opiniones corren en todas las direcciones, desde los más sesudos pensadores hasta el flujo de conversas por las redes sociales, como quien ha abierto una caja de Pandora difícil de clausurar. Desde la Casa del Costurero, conscientes de la complejidad del tema, observando la poca generación de espacios para el debate, nos dedicamos a seguir y leer las impresiones y opiniones necesarias, que evidencian los matices en torno al tema. Así que convocamos a que nos etiquetaran quienes quisieran sumarse al debate y hemos seleccionado un extracto de las opiniones más interesantes al respecto. No pretende ser un mero ejercicio de contemplación, sino un llamado abierto y colaborativo que permita generar un Foro real en los espacios de la Casa y de la Plaza Miranda de Santa Elena. Un debate abierto, sin pruritos, sin sentimentalismo, sin el maniqueismo propio de la opinión pública, en fin, un generador de insumos para la conversa necesaria para el ciudadano de a pie, desde y para el movimiento popular, comunas, consejos comunales, colectivos y organizaciones. Un debate de altura, desde abajo.


Edgar Gutiérrez:


Franco Vielma:

En respuesta a la postura de Vielma, comenta Hassan Akram:



En otro momento, Vielma retoma el tema, esta vez haciendo referencia al planteamiento contenido al Plan de la Patria:


Rodrigo Acosta:

Cerramos con una opinión de Edgar Gutiérrez:




lunes, 5 de septiembre de 2016

Sharakot Apirat: El mercado de la montaña de piedra. Por Xavier Rodríguez.



La papa.

 -Le damos la bienvenida a todos los que nos acompañan el día de hoy, este no es solo un mercado, este es un espacio para compartir nuestra alegría, un espacio para el buen vivir...



Aunque elocuentes, las palabras y la actitud de David Colmenárez es lo más distante a cualquier pose de discurso gobiernero. David dirige la asamblea de productores del corredor Sharakot Apirat, posterior a la jornada de mercado comunal a cielo abierto que se acaba de desarrollar.



El compa, luego de dar la bienvenida a los nuevos productores, nos da la oportunidad de presentarnos a todos los presentes. Ya son tres años de construcción y resistencia, consolidando un espacio abierto y colaborativo, inclusivo, bajo la lógica de lxs prosumidorxs.



-Una forma de relacionarnos más humilde, solidaria, proletaria -dice David.



El mercado, básicamente, se lleva a cabo en dos espacios: acá en el Bulevar Paseo de los Fundadores y en El Paramito, Comuna Lomas Unidas Cuenca Macho Capaz, ambos en La Azulita, Edo. Mérida. Participan, además de la comuna mencionada, las comunas Jesús Antonio Guerrero, Socialista Las Tres Raíces, Chupulum y El Tambor.





Territorio del corredor comunal


Se trata de 40 km lineales de tierras cultivables, con distintos pisos altitudinales, lo cual permite arrimar entre 6 y 7 toneladas de alimentos cada semana, entre los que podemos nombrar plátano, cambur, topocho, tomate, calabacín, berenjena, cilantro, cebollín, cebolla, maíz, papa, zanahoria, auyama, naranja, limón, coco, mora, huevos, café... alguno que otro que se me escapa. Una producción emergente también digna de destacar son los productos del cacao, los jabones, pañales no desechables, toallas no desechables (Semillas de paz), así como la oferta de alimentos realizados con productos orgánicos, entre los cuales recomiendo la pizza de yuca...



Apoyados en el transporte de la Empresa Gran Comunal de Producción, Distribución y Consumo de Alimentos, cada productor/a tiene la oportunidad de ofertar su cosecha, lo que significa un trabajo directo con los productores primarios, ayudando a preservar una política de precios justos. Para contribuir a la organización del espacio, cada productor/a colabora con el 1% de su venta por jornada a un fondo común.





La asamblea de productores y productoras.




En la asamblea se tocan varios temas de interés, se comienza la agenda conversando sobre los compromisos adquiridos por lxs guardianxs de semilla, quienes además del resguardo, se encargan de multiplicar las semillas (por ejemplo, si resguardan 10 gr se comprometen a entregar 20 gr). Estas semillas nativas provienen del convenio de intercambio de semillas con el Movimiento Sin Tierra, Brasil. Algunas brigadas de esta organización han venido a intercambiar experiencias sobre la materia. Se discute la posibilidad de arrimar cosecha al Programa de Alimentación Estudiantil (PAE), quienes estén dispuestos a sumarse al programa, deben poner la tierra a disposición para que se mecanice la producción. Se discute sobre el resguardo de las nacientes y humedales, se hace un llamado al rescate, pues la ganadería extensiva está dañando estas fuentes vitales. Se notifica la organización del Congreso ecológico y permacultural de La Azulita, punto de encuentro para quienes quieran sumarse al equipo organizador y colaborador de la Convergencia Latinoamericana de Permacultura (CLAP) en el 2017. Pero sin duda, lo más digno de comentar es la intervención del compa Hermógenes, vocero de la comuna Lomas Unidas Cuenca Macho Capaz, quienes ponen a la orden maquinaria para arreglar terreno con mecanismos de intercambio solidarios. La asamblea estalla en una ovación. Coincide en la asamblea la brigada internacionalista vasca Askapena, que se anima a compartir con los productores el motivo de su lucha y resistencia.



Finalmente, David despide la asamblea, por la construcción de los sueños!



Mención aparte merece la toponimia del corredor: Characok Apira o Sharakot Apirat, son dos de las variantes con que se puede nombrar este territorio comunal, que en la cultura timote, viene a decir Montaña de piedra.

*Todas las fotografías son cortesía de Tatuy TV.
 


Comuna Lomas Unidas Cuenca Macho Capaz.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Aproximación a Miranda: su tránsito político.

por: Trino Borges

Borrador para una conversación




"Se presenta ahora la gloriosa oportunidad de librar de la opresión y del gobierno arbitrario a un pueblo digno de mejor suerte".


Francisco de Miranda

(Trinidad, Julio de 1806)



I


Habría que resaltarlo de paso, el transcurrir de Miranda se debate dentro de una terrenalidad histórico-social (1750-1816) muy concreta y muy específica. En donde concurren con profusión distintos factores nacionales, continentales e internacionales.


Sin embargo, no obstante, su vida propiamente no podría explicarse a cabalidad apelando, con exclusividad, al llamado Siglo de las Luces, concepto éste cargado de occidentalización. (Ver con detenimiento las denuncias formuladas a ese lapso nombrado, emitidas, tan acertadamente, por Simón Rodríguez, por Eric Williams, etc.).



II


En realidad todos los pasos mirandinos convergen a la América meridional, que fue la única razón de su existencia. Puede estar el generalísimo desplazándose por las cartografías más lejanas y remotas de estos suelos equinocciales (Turquía, el Mar Negro, Crimea, Rusia, Suecia, Dinamarca, Noruega, etc.); o estar leyendo los libros más variados (Estrabon, por ejemplo, o los clásicos griegos y latinos, o los libros prohibidos por la inquisición); o escribiendo los documentos más distintos en su naturaleza (su diario de viajes), o sus numerosas cartas a diversos destinatarios, o la proclama del 24-03-1806, o la denuncia del 08-03-1813 contra su prisión en Puerto Cabello). Y naturalmente que no podría quedar fuera la laboriosa recopilación de variados documentos, y más tarde la organización y clasificación de esos tantísimos papeles (es decir, su famoso archivo de 63 volúmenes). Desde luego que ninguno de esos actos señalados y enumerados anteriormente no llegaron a salirse de su respectiva órbita requerida.


Obviamente que la América no era para el caraqueño ilustre sólo un mero espacio territorial determinado por su geografía, sino que ello era esencialmente una meta política muy precisa y clarificada, de largo alcance. De allí que todos esos tránsitos, sin excepción terminarían latinoamericanizándose en el andar, por obra de la mismísima dialéctica.



III


Ciertamente que Miranda fue vencido finalmente, pero después de una larguísima persecución que comenzó con las intrigas que le tejieron en La Habana en 1782. Sin embargo, en sí, no fue nunca derrotado en sus ideas de luchas, de acción, ni siquiera en la última prisión en Cádiz en 1814, casi de inmediato allí comienza a gestarse la idea de la fuga, que avanzaría en el tiempo posterior. Cuando se llega a 1816, ya se trabaja en base a un plan definido, en el cual habían otras personas ayudando, principalmente dos amigos ingleses. De ese año precisamente es esta carta, que se transcribe en parte, dirigida a Nicolás Vansitart, firmada con el seudónimo de José Amindra: "Hallándome ya mejorado de mis calenturas he dispuesto partir el miércoles o jueves próximo para aquel viajecito que Vd. sabe; todo está ya preparado con bastante cuidado para que lleguemos con toda felicidad a Gibraltar. (…) No retrase Vd. ni un punto el regreso de la señora A con lo que le pido, y cuídemela interin viene a reunirse con nosotros. (…). El nombre que debe Vd. usar conmigo (pues es lo que llevo) es el de esta firma".


Y naturalmente que todo lo anterior no correspondería a lo que quiso decir, más tarde Arturo Michelena en su famoso cuadro tan conocido.



IV


De paso habría que recordar que en este año 2016 se cumplen 266 años de su nacimiento y el bicentenario de su muerte.








Consultar:


  • Carmen Bohorquez: Francisco de Miranda, precursor de las Independencias Latinoamericanas, 2002.


  • Francisco de Miranda: La aventura de la libertad, 1991.


  • Francisco de Miranda: Diario de Viajes, 1992.


  • Gloria Henriquez: Historia de un archivo, 2001.


  • Trino Borges: Escrituras Mirandinas, 2006.


jueves, 1 de septiembre de 2016

El Sujeto Polítiko en Resistencia. Por José Luis Dávila.


Hoy que estamos en medio del viaje con la maleta de sueños al hombro recorriendo el espinoso camino de la lucha revolucionaria, compartiendo y creando proyecto con ese gigante que nos guía y que dio el chispazo para encender la llamarada colectiva que luego se transformó en la revolución Bolivariana; nos definimos como arrieros de una larga ruta en el juego de la vida; que pone a prueba la capacidad de resistencia de cada sujeto inmerso en la vorágine de información y tretas de nuestros adversarios políticos, que por supuesto como buenos flojos toman los atajos más cortos para la conquista del poder; tratando de pisotear la moral y la dignidad de un pueblo Venezolano, que cada día esta más claro quién es el individuo y su clase “privilegiada” que lo quiere seguir oprimiendo y esclavizando, en su sistema injusto y perverso el cual requiere más y más recursos, más y más obreros explotados.
Pero nadie nos habló que sería papaya el asunto, por eso cada vez que aparece alguien con su ánimo abatido por la crisis de la esperanza, nos encontramos con un sujeto Polítiko en resistencia.

El tal Sujeto es un ser colectivo que entendió su misión de vida y el papel que le toca jugar frente a la historia de su país, de su familia y en la comunidad, puede estar algo confundido, tal vez arrecho o deprimido, ante distintas decisiones Neoliberales y coqueteos con la perversa economía de mercado “socialista” planteada por los chinos. Pero a ese ser nadie lo convencerá que apoye a ese parásito que siempre lo usó como la mano de obra barata para hacerse de riquezas y privilegios, que lo hiciesen sentirse superior y con derecho de gobernar para las élites y sus grupos de poder, el sujeto Polítiko en resistencia sabe en el fondo de su forja como revolucionario que estamos en un momento álgido y de mucha confusión, donde reinan los hipócritas y dirigen espacios de poder algunos contra-revolucionarios enquistados como un cáncer terminal, el cual nos hace entender que para que el pueblo se haga protagonista no hace falta un traductor de realidad, que deba tomar las riendas de la causa histórica ante lo que esta pasando, ni tampoco como calco o copia de lo que se debe hacer como formula mágica y con ejemplos foráneos nada pertinentes a nuestro realismo mágico Venezolano.

El sujeto Polítiko en resistencia se hace hoy más fuerte, se sigue robusteciendo en los aprendizajes que se dan en la previa hasta poder dar el salto cuántico para consolidar la revolución socialista del siglo XXI, ó ir al retraso que representa abrir las venas de Venezuela a la entrega transnacional y nada soberana de consolidar el modelo neo-extractivista que garantiza las materias primas baratas para las potencias y que posteriormente nuestro adversario de clase nos la devuelva empaquetadas con su veneno y su odio, tratando de impedirnos el proyecto de patria digna y justa para todos.

"Sueña y serás libre en espíritu, lucha y serás libre en vida"  Fuser.