Por: Carlos Rivas*
Vernos en la crisis, reconocernos en la crisis, superar la crisis con nuevos métodos culturales es la oportunidad más valiosa que nos brinda éste momento histórico. Ya no son tiempos para el arribismo político, para el revanchismo, el que no lo entienda así, se quedó en el pasado, pudiera ser reflejo de una especie de rémora que no deja que los procesos sociales avancen. ¡Corren tiempos de lucha! Pero, ¿cuándo ha dejado de ser así? Los pobres, los explotados, los despojados de la tierra, siempre estaremos luchando en contra de unas pocas almas mezquinas que pretenden arrebatarnos los sueños. Lo que está en juego, es el futuro, y ese anhelo nunca será justamente diseñado por los mercaderes del hambre, los proxenetas del mercado (dígase Allup, Mendoza y demás yerbas aromáticas).
Hoy, en plena contienda política por la subsistencia, por la sobre vivencia, nos encontramos con la posibilidad de dar al traste con la vieja cultura, que implica una infinidad de elementos que nos permiten reproducir la vida, o negarla, para vivir viviendo o morir en el intento. Lo que ocurre es el florecimiento de las contradicciones, las cuales permitirán avances sociales o retrocesos históricos, dependerá de la conciencia y accionar del pueblo.
Como aquella canción de serenata Güayanesa, ya nos es por comida que ya la tenemos, ahora son los distribuidores honestos, a los cuales ¿dónde los hallaremos? Veamos lo siguiente:
Nada más el día Lunes 1 ero de Agosto del 2016, en la comuna Bicentenario 16 de Septiembre se vendieron alrededor de 21 toneladas de alimentos no perecederos, atendiendo a 12 consejos comunales pertenecientes a la Comuna. Pero veamos esto con más detalle, 16 toneladas de alimentos fueron distribuidas en combo a más de 2 mil familias de 6 Consejos Comunales, sumado a 500 personas atendidas en venta de carne a precios solidarios. Sumando a los esfuerzos que se viene haciendo, en el PDMercal del sector, el mismo día fueron atendidas 748 Familias pertenecientes a 5 consejos comunales de la comuna, para un total de 5 toneladas de alimentos que suman al esfuerzo por garantizarle el derecho a la alimentación a nuestro pueblo. Y sí, fueron más de 22 toneladas de alimentos que fueron a manos del pueblo y no a las redes de bachaqueros y especuladores, quienes como caimán en boca de caño, esperan que les caiga la comida del pueblo para obtener el doble rédito político (mucha ganancia y saldo político a favor del escualidísmo).
Pero seamos honestos, nos falta mucho en ésta batalla. Es necesario cambiar radicalmente los patrones de consumo, y aunque sabemos que esto es un esfuerzo a largo plazo, no debemos dejar de sentar las bases para una transformación radical de la sociedad. Las harinas y los carbohidratos, no son alimentos.
Avancemos con firmeza por la construcción de la patria Bonita, esa que se merecen nuestros hijos.
Fotos, para Ilustrar la Jornada:
*Vocero de la casa del costurero
Escuela Popular de Comunicación (EPC)
carlos_rivas_45@hotmail.com
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