domingo, 7 de agosto de 2016

Una conversa sobre la memoria. Por Xavier Rodríguez


El tiempo no es una cuerda que se pueda medir nudo a nudo, el tiempo es una superficie oblicua y ondulante que sólo la memoria es capaz de hacer que se mueva y aproxime.
José Saramago





Hay café recién colao después del almuerzo, la chamba ha sido dura, pero la gastronomía recompensa. Nos encontramos cuatro panas hablando sobre diversas cosas, cuando de repente, apelo por mi libreta y les disparo la siguiente pregunta sin anestesia:

-¿Qué creen ustedes que nos hizo recordar Chávez?

Al principio, el clásico silencio de la pena, la inspiración o de búsqueda en el disco duro, qué se yo... el chamo Dinamita es quien se atreve a dibujar las primeras palabras:

-Yo creo que Chávez nos hizo recordar lo justo, tú sabes, a través de la redistribución de la renta, cubrir esa deuda social de años de desigualdad... lo cual va creando una incidencia positiva y negativa, por supuesto... Eso que la cultura clientelar nos muestra en este momento en su máxima contradicción...

El Rojo se anima a contribuir...

-El mirar-adentro, poder mirarnos como país, tener un tiempo para mirarnos como venezolanos, buscarnos nosotros -agrega, y que me parecen dos palabras perfectas, a pesar de la redundancia- y te pongo un ejemplo: hoy es posible que una persona pueda andar por ahí, por la vida, sin una postura política definida, y sin embargo se piense la música venezolana, el cine venezolano, desde diversos aspectos de la cultura... Antes eso era peluísimo...

Que curioso, pienso, me hace recordar a mí mismo de adolescente queriendo hacer rock, entregado, con una gringola que me impedía conocer otras manifestaciones sonoras, hace tanto de eso, hace tan poco de esos momentos... Pero no hay tiempo para quedarse pegado en recuerdos, más si estás anotando las disertaciones inspiradas de tus panas y compas de militancia. América se anima y lo condensa en dos ideas claves:

-Chávez me hizo recordar mis raíces, siento que rescató cierto orgullo venezolano. Tambien creo que me hizo recordar mi ser social, que puedo desprenderme de ciertos apegos individualistas, para ser-en-colectivo, es decir, ser en la medida que me reconozco como pueblo...

-Ahora a tí, ¿Qué te hizo recordar?- me pregunta Dinamita. Apuro mis anotaciones...

-Pues la verdad, siento que Chavito me hizo recordar un elemento familiar, cierta historia familiar insurgente que siempre se contaba bajito para que los pequeños no nos enteráramos. Tiene mucho del inconsciente, porque es como un familiar que nunca existió, pero que me parece haber conocido en algún momento, además profundamente decisivo. Para mí es imposible borrarme de la memoria el 4 de febrero y Chávez en la televisión, mientras el cielo de Maracay se estremecía por la turbulencia de los aviones rebeldes. Como me resulta imposible borrar, el triunfo del 98: toda mi familia brincando en una pata en el apartamentico donde vivíamos en Turmero... Ahora, si es posible hacer el ejercicio de recordar también creen que sea posible plantear lo inverso, ¿Qué nos hizo olvidar Chávez?

Nuevamente Dinamita toma el testigo...

-Creo que el egoísmo, de alguna manera, modificó la concepción del egoísmo, ciertos antivalores se ven bombardeados, como la avaricia, la ruindad, el individualismo... por momentos se vieron modificados, ahora vuelven a resurgir para cercarnos, para ponernos a pelear hermano contra hermano. Este momento es crucial, no solo por ese resurgimiento que ojalá sea efímero... Lo que también es cierto, es que nos estamos buscando para resolver juntos... Aunque pa hablate claro, no hay olvido absoluto, no hay un bórralo...

Carajo, el contrapunteo se pone bueno...

-Es posible que Chávez haya activado una zona de olvido -agrega el Rojo- un tipo de olvido que en el caso de la materialidad es más claro apreciar: tú logras satisfacer lo material, te acostumbras a una vida de ganancias materiales, te olvidas de otros aspectos, incluso más importantes, educación, comunicación, alimentación. Lo cierto es que esa zona de olvido pareciera que se mueve dialécticamente, con el aspecto de perder-la-historia. Olvidar la 4ta república y pa las generaciones más jóvenes peor, ni siquiera existió... Ese estado de bienestar que va borrando la conciencia de clase...

-¿Tú consideras que el olvido tiene relación con la conformación del sujeto histórico? -me atrevo a preguntarle.

-Bueno, quizás... por lo menos hay que tener claro que no hay olvido inocente, todo olvido encubre una historia que quiere ser enfocada y otra que quiere ser desenfocada...

-En mi caso me hizo olvidar las pequeñeces del ego- complementa América.

-Definitivamente, así como Chávez ayudó a construir una noción de pueblo, en algún momento las mismas políticas del gobierno hicieron olvidar cierta condición de pueblo, sumergiéndonos en una zona de confort que llega, dramáticamente, a su mayor contradicción en este momento. Es posible que la misma euforia chavista nos haya hecho olvidar la capacidad de metamorfosis de la institucionalidad, y así vemos como los aportes, las políticas, lxs militantes, se institucionalizan y vuelve a salir la 4ta república, que se creía muerta, olvidada, pero nunca sepultada definitivamente...

Aunque triste, no deja de ser esperanzador, posibilidad de transformación y afirmación de identidad política.

La conversa llega abruptamente a su final: es que se acabó el café.


Nawseas. Afiches para la campaña “Somos” en conmemoración de los 2 años de la siembra del Comandante Hugo R. Chávez

No hay comentarios:

Publicar un comentario